Tendios es una plataforma líder en España para encontrar, analizar y ganar licitaciones públicas con inteligencia artificial.

¿Cómo funciona la búsqueda de licitaciones?

Nuestro sistema utiliza IA para buscar y filtrar licitaciones según tus criterios específicos, sector y ubicación.

¿Qué ventajas ofrece Tendios?

Alertas en tiempo real, análisis de competencia, gestión integral de propuestas y acceso a más de 2 millones de licitaciones.

¿Hay un plan gratuito disponible?

Sí, ofrecemos un plan gratuito con funcionalidades básicas para que puedas probar la plataforma.

¿En qué países funciona Tendios?

Actualmente operamos en España y estamos expandiendo a otros países de la Unión Europea.

¿Qué es una licitación pública?

Una licitación pública, en pocas palabras, es como ese casting gigante del sector público donde el gobierno (o quien toque) busca quién le vende cosas, le presta servicios o le construye algo, y lo hace todo con un rollo de transparencia y competencia. O sea, nada de amiguismos (bueno, esa es la teoría). El chiste es que varias empresas pueden tirarse al ruedo y competir en igualdad de condiciones, presentando su mejor oferta para llevarse el contrato. Ahora, cada país o incluso cada ciudad puede tener su propio manual de cómo hacer esto, pero el proceso básico casi siempre es el mismo. Primero, sale el famoso anuncio de licitación: ahí te cuentan de qué va el proyecto, qué quieren, qué tienes que cumplir y cómo será la selección. Si te interesa, preparas tus papeles, los entregas y después de un rato de revisión (a veces eterno), alguien decide quién se queda con el contrato. La verdad, las licitaciones públicas son clave para que las administraciones no se gasten el dinero como si fueran en Las Vegas. Todo eso de la transparencia y la competencia no es solo bla bla: ayuda a que la cosa sea más justa y que no gane siempre el primo del alcalde. Además, para las empresas, meterse en el mundo de las licitaciones puede ser una mina de oro… si saben lo que están haciendo. Eso sí, si quieres lanzarte a participar, ojo con los detalles. Hay que leer bien toda la letra pequeña, desde los requisitos técnicos hasta los legales. La propuesta tiene que estar bien armada y ser competitiva, porque la competencia suele ser feroz. Y prepárate para un nivel de papeleo y controles de transparencia que a veces dan ganas de llorar. En cuanto a las reglas, cada país tiene las suyas. En España, por ejemplo, la Ley de Contratos del Sector Público es la biblia del asunto. Ahí te marcan todo: cómo se adjudica, cómo puedes reclamar si te sientes robado, y qué pasa si la lías. Total, que las licitaciones públicas son el pan de cada día para las administraciones y una buena oportunidad para las empresas—siempre y cuando estén dispuestas a currárselo, entender bien el proceso y, si hace falta, buscar a alguien que les eche una mano con los temas legales y toda la burocracia. No es un paseo por el parque, pero el premio puede valerlo.

¿Quiénes pueden participar en una licitación pública?

Las licitaciones públicas, a ver, son como esas competencias donde el gobierno pone las reglas y las empresas se pelean (en buena onda, claro) para ver quién se queda con el contrato gordo. Básicamente, si tienes una empresa bien armada, siguiendo las leyes del país y cumpliendo todo el papeleo, ya tienes medio boleto. Eso sí, no basta con existir en el registro mercantil y tener tu RFC en regla. Hay que tener dinerito (o al menos acceso a crédito), músculo técnico y experiencia. O sea, nadie quiere que el primo de un amigo que nunca ha construido ni una casita venga a levantar un hospital. Siempre piden que muestres tus finanzas, trabajos previos y algún papelito que diga “yo sí sé hacer esto”. Ahora, de vez en cuando, los que organizan la licitación se ponen exquisitos: quieren empresas con años de experiencia, certificaciones de calidad, o que sean súper verdes y responsables. Todo eso viene en las bases, así que más te vale leerlas con lupa, porque si no cumples, ni te molestes en aplicar. Ah, y ojo si eres extranjero. No en todos lados te dejan participar tan fácil. A veces piden socios locales o simplemente te dicen “gracias, pero no gracias”. Así que si eres de fuera, investiga bien antes de emocionarte. En resumen: cualquiera que tenga una empresa legal, con plata, experiencia, y que cumpla los caprichos que pidan en las bases, puede lanzarse a competir. Pero, la neta, si no sabes bien de qué va la cosa o no tienes con qué responder, mejor ni te metas. Léete todo, pregunta mil veces y asegúrate de que puedes cumplir antes de tirarte al ruedo.

¿Cuál es el propósito de la contratación pública?

A ver, la contratación pública, en pocas palabras, es el rollo este de que los gobiernos compren cosas (bienes, servicios, lo que sea) sin tirar el dinero por la ventana. Y, claro, que todo el asunto sea justo y transparente, porque a nadie le apetece que el primo de alguien se lleve el contrato solo por enchufe. El chiste es conseguir lo mejor por el menor gasto posible, pero sin trampas ni favoritismos. O sea, que haya competencia real entre los que quieren venderle al Estado y que no se convierta en una fiesta de amiguetes. Cada país tiene sus propias reglas, a veces un poco surrealistas, pero en general, todos se agarran a lo de no discriminar, que no haya chanchullos y que las cosas sean proporcionales (lo justo, ni más ni menos). Todo esto, supuestamente, para que no se desmadre el dinero público y acabar con la corrupción que, seamos honestos, siempre ronda por ahí como un fantasma en la fiesta. Ah, y ojo, que la contratación pública no solo va de comprar barato. Últimamente le han cargado la mochila de salvar el planeta y arreglar problemas sociales. Ya sabes, meter cláusulas verdes o de igualdad, para que no solo gane el más barato, sino también el que tiene rollito ecológico o que promueve la inclusión. Así, de paso, los gobiernos quedan bien en las fotos. Otra cosa: la contratación pública puede ser una palanca brutal para la innovación. Si el Estado apuesta por cosas nuevas, puede agitar el mercado y dar vida a empresas que igual, de otra forma, ni soñaban con despegar. Las pymes, por ejemplo, suelen rascar algún contrato y con eso ya ganan credibilidad y billete para seguir creciendo. Vamos, que no todo es para las grandes multinacionales. Eso sí, si una empresa quiere meterse en este mundillo, más le vale empaparse de cómo funciona el cotarro. Hay que saber las reglas al dedillo porque los pliegos y los requisitos pueden marear a cualquiera. Y si se pierde, mejor buscarse un abogado o un consultor que sepa del tema, porque los errores aquí salen caros. En resumen, la contratación pública es la movida para que el dinero de todos se use bien, sin líos raros, y que además sirva para empujar la innovación, el desarrollo y hasta el medio ambiente. Para las empresas, puede ser un trampolín brutal, pero sólo si tienen claro de qué va el juego y no se pierden en el papeleo.

¿Cuáles son las ventajas de la contratación pública?

La contratación pública, sinceramente, es ese monstruo de mil cabezas que todo el mundo mira con miedo… pero también con ganas, porque hay mucho en juego. Sí, el papeleo es un dolor de cabeza y las reglas cambian según sopla el viento, pero, si lo piensas bien, para una empresa meterse en ese lío puede ser una jugada maestra. Primero lo obvio: ahí está el gobierno, soltando contratos como si fueran caramelos en Halloween. Y no hablamos de dos o tres, sino de un montón, y suelen ser proyectos largos, de esos que te garantizan la nómina a fin de mes. No es poca cosa, ¿eh? En épocas de vacas flacas, tener un contrato público es casi como tener un colchón de plumas. Luego está la cosa de la transparencia. Vale, puede sonar a chiste porque todos tenemos historias de concursos “amañados”, pero la teoría dice que todo el mundo tiene chance: criterios claros, reglas para todos, y si tienes dudas ahí están los documentos para revisarlos. Nada de jugar a oscuras. Hasta las empresas más pequeñas, si saben moverse, pueden hacerse un hueco. No te olvides de la reputación. ¿Ganas un contrato público? Eso es como llevarte una medalla al pecho. De repente, tus clientes privados te ven con otros ojos porque, claro, “si el gobierno confía en ellos, algo bien harán”. Es un boost de credibilidad instantáneo. Y otra cosa que a veces se pasa por alto: diversificar. Si siempre trabajas para los mismos, cualquier susto o caída en ese sector y te vas al hoyo. Meterte en lo público es como repartir huevos en distintas canastas. Más seguro. Ahora, eso sí, las entidades públicas hoy en día no solo quieren que les vendas cosas; quieren que seas eco-friendly, inclusivo, sostenible… Ya sabes, las palabras de moda. Si tu empresa presume de verde y social, tienes puntos extra. Es el momento de sacar pecho con esas iniciativas. Así que, resumiendo sin tanto rollo: sí, la contratación pública es complicada y a veces desesperante, pero si te atreves, las recompensas están ahí. Solo hay que entender el juego, leer la letra pequeña y no tirar la toalla a la primera. Si te lanzas, igual te sorprendes y terminas creciendo más de lo que pensabas.

¿Qué es el pliego de condiciones?

Bueno, vamos al grano: el pliego de condiciones es la biblia de cualquier licitación pública. Si eres una empresa y quieres pescar algo en el río de las contrataciones públicas, más te vale leértelo como si fuera la letra pequeña de un contrato con el diablo. Este documento lo arma la entidad pública que lanza la licitación y ahí te dicen, sin pelos en la lengua, qué quieren, cómo lo quieren, y cuándo lo quieren. Básicamente, te marcan la cancha. El pliego mete todo: requisitos técnicos, trámites administrativos, los números que tienes que cuadrar, y el rollo legal. Te sueltan desde la descripción de lo que buscan, hasta cómo tienes que entregar tu propuesta, los plazos (que siempre corren más rápido de lo que uno quisiera), y quién le debe qué a quién. ¿Justo? Sí. ¿Fácil? Para nada, pero al menos pone a todo el mundo a competir parejo. O eso intentan. Si te interesa entrar en la fiesta de las licitaciones públicas, el pliego es tu mapa del tesoro. Ahí tienes todo para montar tu propuesta y no hacer el ridículo. Y ojo, que la entidad que contrata va a usar ese mismo documento para juzgarte, así que no te saltes ni una coma. Léelo como si fuera tu boleto de entrada, porque si metes la pata en algo, te quedas fuera antes de probar bocado. ¿Quieres que Google te encuentre? Pues no te olvides de palabras mágicas como licitación pública, contratación pública, requisitos de licitación, criterios de evaluación, presentación de propuestas, plazos de licitación, y todo lo que pueda sonar a burocracia con glamour. No es sexy, pero ayuda. Ah, y no te olvides que el pliego está amarrado a la Ley de Contratación Pública de turno. Si no tienes ni idea de lo que dice esa ley, busca ayuda. Un abogado, un amigo que ya pasó por esto, lo que sea. Más vale prevenir que lamentar, porque una metida de pata legal y adiós a tus sueños de contrato público. Mi consejo de oro: no vayas solo. Busca asesoría legal y técnica. No se trata solo de presentar papeles bonitos, sino de entender qué demonios te están pidiendo y cómo cumplirlo sin que te descalifiquen por un tecnicismo absurdo. Lee el pliego, subráyalo, hazle preguntas, y si algo no cuadra, pregunta antes de presentar tu propuesta. Resumiendo, si quieres sobrevivir en el jungla de las licitaciones públicas, el pliego de condiciones es tu mejor amigo (o tu peor pesadilla, depende de cómo lo mires). Léelo con ganas, entiende cada punto, y no improvises. Aquí no hay lugar para los despistados.

¿Cómo se determina el criterio de adjudicación?

Cuando se trata de licitaciones públicas, el criterio de adjudicación es literalmente el rey del mambo. Es el que decide quién se lleva el contrato y quién se queda mirando desde la banca. ¿Por qué? Porque la entidad contratante pone las reglas del juego y ahí es donde todas las empresas tienen que bailar al mismo ritmo, comparando ofertas como si estuvieran eligiendo el mejor combo en un menú gigante. Ahora, hay dos caminos bien marcados. Por un lado, tienes el método de la oferta económicamente más ventajosa. Y no, no es solo el precio lo que cuenta. Aquí se mezclan mil cosas: calidad, duración, eficiencia, sostenibilidad, servicio al cliente, innovación… vamos, que buscan el paquete completo, no solo lo más barato. Lo usan mucho cuando el proyecto es en plan “esto necesita cabeza y experiencia”, no para cualquier chapuza. En la otra esquina está el clásico de clásicos: el precio más bajo. Nada de complicaciones, pura matemática. Si el contrato es sencillo y no exige un Einstein, van directo al grano: el que cobra menos, gana. Fácil, rápido y sin vueltas. Ojo, y esto es importante: por ley (sí, la famosa Directiva 2014/24/UE de contratación pública), la entidad tiene que poner bien claritos los criterios de adjudicación en los papeles oficiales desde el principio. Así todo el mundo sabe qué tiene que destacar en su oferta y nadie se come un gol por la escuadra. Para el SEO, metele caña con “criterios de adjudicación”, “licitación pública”, “oferta económicamente más ventajosa”, “precio más bajo” y por supuesto la “Directiva 2014/24/UE”. Añade cosas como “contratación pública” y “proceso de licitación” y vas que chutas. Si vas a participar, no seas de los que mandan la oferta a ciegas. Léete los criterios de adjudicación como si fueran el mapa del tesoro. Si algo no te cuadra, búscate un abogado o alguien que sepa, no te la juegues por no preguntar. En fin, el criterio de adjudicación es el corazón del proceso de licitación pública. Si entiendes bien qué quiere la entidad y te ajustas a eso, tienes muchas más papeletas para ganar. Si no… bueno, siempre puedes intentarlo en la próxima.

¿Qué es el procedimiento de subasta?

A ver, el rollo de la subasta pública es básicamente como un mercadillo gigante, pero en vez de gritar “¡a la una, a las dos, vendido!”, todo es más formal y con papeles. Las entidades públicas—ayuntamientos, ministerios y toda esa peña—sacan a concurso la compra de cosas (pueden ser desde bolis hasta puentes, no te creas) y lo que buscan, obvio, es pagar lo menos posible. Así de simple: el que ofrezca lo mismo pero más barato, se lo lleva. Bueno, casi siempre. La movida empieza cuando publican un anuncio—rollo “se busca empresa que haga tal cosa”. Ahí sueltan todos los detalles: qué quieren, cómo tienes que participar, fechas, y toda la pesca. Los interesados (o valientes, según se mire) preparan su oferta y la entregan en un sobre cerrado. Nada de trampas. Luego, en una reunión pública (que puede ser tan aburrida como suena), abren los sobres y, en teoría, el que puso la oferta más baja y cumple con todo, gana. Pero ojo, no es sólo cuestión de ser el más barato. No vayas a pensar que esto es un Black Friday de la administración. También miran cosas como la calidad, si la empresa tiene experiencia, si pueden entregar a tiempo, si tienen solvencia… No basta con tirar el precio por los suelos y ya. Si tienes una empresa y quieres lanzarte a esto, prepárate bien. Léete la convocatoria como si fuera el horóscopo, no te dejes ni una coma. Presenta una oferta que mole y cúrratelo para cumplir todos los plazos. Si puedes, búscate un abogado o alguien que sepa del tema porque el papeleo puede ser un infierno y hay normas que te pueden pillar por sorpresa. Por si eres de los que buscan en Google antes de todo, ojo con las palabras clave: licitación pública, subasta pública, oferta más baja, anuncio de licitación, presentación de ofertas, criterios de evaluación… Y también valen: concurso público, puja más baja, proceso de licitación, etc. Todo eso te va a salir mil veces cuando investigues. Eso sí, cada país tiene sus normas. En España está la Ley de Contratos del Sector Público. En EEUU, la famosa Federal Acquisition Regulation. Y cada una tiene su propio laberinto de reglas, así que ojo con confiarte y pensar que todo es igual en todos lados. En resumen: si te vas a meter en estas aguas, ve bien preparado y no improvises. Infórmate, busca ayuda si hace falta y no te saltes las reglas, porque la administración no tiene piedad y te pueden dejar fuera por una tontería. Y si tienes dudas, siempre puedes tirar de expertos en el tema, que para algo están, ¿no?

¿Qué diferencias hay entre contratación pública y privada?

Bueno, mira, el rollo de la contratación pública y privada es como comparar fútbol y fútbol sala: parecen lo mismo porque ambos usan una pelota, pero las reglas y el ambiente cambian un montón. Tanto en el mundo público como en el privado la gente firma contratos para conseguir cosas—productos, servicios, lo que sea—pero el cómo y el por qué son otra historia. Para empezar, si hablamos de la administración pública, ahí todo está acotado por la ley de contratos del sector público (sí, ese texto que nadie quiere leer pero que manda más que tu jefe). Las reglas existen para que todo sea limpio: transparencia, igualdad, nada de “este es el primo del alcalde, démosle el contrato”. En la privada, el cuento es diferente. Ahí los acuerdos van bajo el derecho privado, así que las empresas pueden pactar lo que les dé la gana, mientras no hagan nada ilegal. Es como jugar Monopoly con tus propias reglas, básicamente. Otra cosa: en el sector público, todo tiene que anunciarse. Las licitaciones salen a la luz para que cualquiera pueda presentarse, porque la idea es que todos tengan la misma oportunidad. Esto, supuestamente, ayuda a evitar amiguismos y cosas turbias. En la privada, en cambio, el jefe puede darle el contrato a quien le caiga mejor o al que le prometa una mejor cena, nadie tiene que enterarse mientras no rompan la ley. Y ojo, la motivación detrás también cambia. Lo público va de satisfacer necesidades colectivas, tipo salud, educación, carreteras… por eso suelen meter cláusulas sociales o ecológicas en los contratos. Lo privado, nah, aquí lo que importa es la pasta. Las empresas buscan ganar dinero, punto, y sus contratos están hechos para eso. Ah, y si hablamos de controles, en la pública hay lupa por todos lados. Los contratos pueden acabar siendo revisados por tribunales, órganos de control, y si alguien se siente estafado en una licitación, puede armar lío y llevarlo a juicio. En la privada, los problemas se arreglan como en un divorcio: si hay bronca, se pelean en tribunales comerciales y ya. En fin, aunque todo parezca cuestión de firmar papeles, la diferencia entre público y privado en esto es brutal. Quien quiera meterse a jugar en la liga de los contratos públicos, que se prepare para cumplir con mil reglas y papeleo, porque no es lo mismo que encargarse un catering para la fiesta de la empresa.

¿Cuál es el papel de la entidad contratante?

Vale, vamos al grano y sin rodeos. Cuando hablamos de licitaciones públicas, la entidad contratante es básicamente el jefe del cotarro. Es ese organismo (normalmente del gobierno, pero a veces también de otras instituciones públicas) que necesita comprar algo: servicios, productos, obras, lo que sea. Así que lanza el proceso para ver quién le vende lo que necesita. Y ojo, que aquí no se trata de gastar el dinero a lo loco: tienen que asegurarse de que el dinero de todos (sí, el tuyo, el mío, el de la vecina) se gasta de la forma más inteligente posible, eligiendo la oferta más chula en calidad y precio. A nivel legal, esta entidad tiene que seguir la ley al pie de la letra. ¿Te suenan nombres como la Ley de Contratos del Sector Público de España? ¿O la Ley Federal de Adquisiciones en México? Pues justo esas regulan cómo deben hacerse las cosas: todo transparente, igual para todos, sin favoritismos, y con la competencia bien puesta sobre la mesa. Nada de chanchullos bajo cuerda. La entidad contratante, además, es la que se curra toda la documentación de la licitación. Tiene que dejar clarísimo qué necesita y cómo va a juzgar a los que se presenten. Te encontrarás con pliegos técnicos (donde te dicen exactamente lo que buscan) y pliegos administrativos (las reglas del juego: lo legal, lo económico, todo eso). También tienen que responder a las dudas de las empresas que se presenten, porque siempre hay mil preguntas. ¿Ya se presentaron las ofertas? Pues ahora toca revisar cada una con lupa. Miran los detalles técnicos, hacen números, y si hace falta, negocian con los concursantes. Cuando por fin eligen a alguien, tienen que explicar por qué y avisar a todos, para que nadie se quede colgado esperando. ¿Se firmó el contrato? Pues la cosa no acaba ahí. La entidad contratante tiene que estar encima: que el proveedor cumpla, que todo lo pactado se entregue, y si hay problemas, pues tocará poner sanciones o, en el peor de los casos, romper el contrato. En fin, resumiendo: la entidad contratante es el corazón de todo este lío de las licitaciones públicas. Es quien pone las reglas, vigila que no haya trampas, y se asegura de que el dinero público se use bien. Si eres empresa y quieres meterte en estos procesos, más te vale tener claro quién es la entidad contratante y cómo se mueve. Si no, mejor ni te molestes.

¿Qué son los umbrales comunitarios en contratación pública?

A ver, vamos al grano: los umbrales comunitarios en la contratación pública son básicamente una especie de “filtro” que la Unión Europea pone para decidir cuándo un contrato tiene que salir a la luz a nivel europeo y no solo quedarse en el corralito nacional. Si el dinerito del contrato pasa cierto límite (que cambia según si es para construir, comprar cosas, o servicios y según quién lo esté contratando), pues nada, directo al Diario Oficial de la Unión Europea (el famoso DOUE) y que se entere todo hijo de vecino en la UE. Esto no es un capricho, eh. Viene en la Directiva 2014/24/UE, que suena a tostón legal pero manda mucho en el tema. Lo que buscan con estos umbrales es que no haya chanchullos, que las empresas puedan competir en condiciones justas y, de paso, que se mueva el mercado por toda la Unión. O sea, que no sea siempre el primo del concejal el que se lleva el contrato porque “casualmente” nadie más se enteró. Para cualquier empresa que quiera pillar cacho en concursos públicos, estos umbrales son clave. Si el contrato es pequeñito, igual sólo lo ven las empresas del país y punto. Pero si es gordo y supera el umbral, entonces la cosa se pone interesante, porque ya pueden entrar a jugar empresas de toda la Unión. Más competencia, más oportunidades… y también más pelea, claro. Si tienes una empresa y quieres crecer por Europa, lo de los umbrales debería estar en tu radar. Vigila el DOUE, porque ahí salen los contratos grandes, los que de verdad pueden abrirte puertas en otros países. Eso sí, ojo, porque cuando un contrato supera el umbral, la cosa se complica: más papeleo, más requisitos, plazos más estrictos… Vamos, que hay que currárselo. En resumen: los umbrales comunitarios son el portero de la discoteca de la contratación pública europea. Si tu contrato pasa de cierto nivel, te dejan entrar al club europeo, donde hay más competencia pero también más oportunidades de negocio. Así que, si vas a jugar este juego, más te vale saber a qué atenerte.

¿Qué es el contrato administrativo?

Vale, vamos a hacerlo más humano, con un poco de chispa y sin sonar a manual aburrido: El contrato administrativo, mira, es básicamente ese acuerdo raro entre el gobierno (la administración pública, pa’ ser formales) y una empresa o incluso un fulano cualquiera. El rollo es que se ponen de acuerdo para que alguien haga una obra, preste un servicio, o traiga suministros. Todo esto, claro, bajo unas reglas bastante estrictas, que no son precisamente flexibles—hablamos de leyes y normas del sector público, no de un trato entre amigos. ¿Y qué hay detrás de estos contratos? Pues un montón de palabrejas importantes: transparencia, igualdad, no discriminación, confidencialidad… suena a discurso de político, pero en teoría es para que la cosa sea justa y todo el mundo tenga la misma oportunidad de entrar al juego. Porque sí, la licitación es como una especie de casting abierto, y aquí no debería haber favoritismos, al menos en el papel. Ahora, lo curioso de este tipo de contratos es que la administración tiene superpoderes: puede cambiar las reglas del juego (bueno, el contrato) cuando le da la gana, si es por el bien común. Pero ojo, tampoco pueden pasarse de listos y cambiar todo el contrato de arriba abajo. Y si te fastidian con el cambio, te tienen que compensar. Algo es algo, ¿no? Si el contratista la lía y no cumple, el gobierno puede romper el contrato. Normalmente eso implica pagar alguna indemnización, porque aquí nadie sale ileso. Y si no estás de acuerdo, puedes llevar el asunto a los tribunales. No es fácil, pero se puede. Estos contratos son la salsa secreta detrás de muchas cosas que funcionan en la ciudad: desde el que recoge la basura, hasta el que pone el WiFi en los parques. O sea, son esenciales para que la vida moderna no sea un caos absoluto. Para las empresas que quieren entrar en este mundillo, hay que leerse bien la letra pequeña. Aquí nada es improvisado, todo tiene su procedimiento y la administración siempre lleva la batuta. Si quieres ganar una licitación, tienes que cumplir con todos los requisitos, preparar una propuesta decente, y luego no dormirte en los laureles porque la cosa sigue: toca gestionar bien el contrato y estar listos para cambios de última hora. En fin, los contratos administrativos son el pan de cada día de la gestión pública y, aunque parezcan un rollo, saber cómo funcionan es clave para cualquier empresa que quiera hacer negocios con el Estado. Eso sí, prepara paciencia y una buena dosis de papeleo. Así es la jungla del sector público.

¿Cuál es la duración típica de un contrato público?

Bueno, el tema de cuánto dura un contrato público… es un poco una lotería, ¿no? O sea, depende de mil cosas: el tipo de chamba, qué tan enredado está el proyecto, lo que necesita el organismo público, y claro, todo el rollo legal del país de turno. Por lo general, sí, la mayoría andan entre uno y cinco años, pero siempre hay ese contrato raro que se va por la tangente. Mira, lo primero que se mira es el tipo de proyecto o servicio. Si están levantando un edificio gigante, pues obvio, eso se va a tardar más que si es sólo limpiar oficinas, que normalmente se amarra por un añito y luego ves si renuevas o no (todo depende de si limpiaste bien, supongo). A veces el propio organismo mete mano y decide si quiere algo fijo o deja el contrato abierto, con sus cláusulas para cortar o repensar las cosas cuando les dé la gana. Y olvídate, la ley también mete su cucharada. Por ejemplo, en la Unión Europea hay una directiva (la 2014/24/UE, para los fans de las normativas) que básicamente dice: “No te pases de cinco años, a menos que tengas una razón de peso.” Si vas a meterte en una licitación pública, pilas con la duración del contrato y esas letras chiquitas de renovación o terminación. Nadie quiere quedarse con cara de póker cuando le cambian las reglas a mitad del juego. Y ojo, que a veces te dejan extender el contrato un rato más, si todo va bien y están contentos contigo. Al final, el asunto es que no hay una sola fórmula. Todo depende del proyecto, de la burocracia de turno y de qué tan quisquillosa sea la ley en ese momento. Así que si tu empresa quiere meterse en este mundo, mejor que tenga claro el tema de los plazos y todo lo que pueda pasar, para no andar improvisando después. Y bueno, no está de más decirlo: meterse en un contrato público puede ser una joya para cualquier empresa. Pero si no entiendes bien las condiciones, sobre todo el tema de cuánto dura el asunto, te puedes meter en camisa de once varas. Así que, ojo al parche y lean todo, aunque sea aburrido.

¿Cómo se establecen los plazos en una licitación?

Vale, te lo suelto al estilo de alguien que ha pasado por varias licitaciones y ya se sabe el cuento. Mira, los plazos en una licitación pública… eso no es un simple trámite, es LA clave para que nadie se pase de listo y todos tengan las mismas oportunidades de agarrar un contrato con el gobierno. ¿Dónde se ponen esos plazos? Pues en el bendito pliego de condiciones, ese documento larguísimo que casi nadie lee entero pero que si te saltas, te quedas fuera por tonto. Y sí, todo eso va regulado hasta el mínimo detalle para que no haya trampa ni cartón. De entrada, el primer plazo que te va a importar es el de presentar tu propuesta. O sea, ¿cuánto tiempo tienes para armar tu dossier y mandarlo? Eso depende de lo complicado que sea el asunto. Si es para limpiar oficinas, igual te dan dos semanas. Si es para construir un puente, pues te sueltan un mes o más. Lo marca la ley, nunca es tan corto que no puedas prepararlo (en teoría…), pero tampoco te dejan dormirte en los laureles. Termina el plazo de presentación y ahora toca esperar. Llega el plazo de evaluación. Aquí es donde los funcionarios se sientan a mirar todas las propuestas y a ver quién tiene la mejor pinta. Si hay mil propuestas o el proyecto es un lío tremendo, igual se lo toman con calma. Pero tiene que ser suficiente para que revisen todo y no hagan chapuzas, o eso esperamos todos. Cuando por fin deciden quién se lleva el gato al agua, viene el último tramo: el plazo de adjudicación. Aquí la administración y la empresa ganadora se ponen a cerrar flecos, negociar algún detalle y firmar papeles. No es que sea eterno, pero tampoco es inmediato, más si hay algún “pero” que discutir. Un consejo de oro: si te metes en una licitación y pasas de los plazos, despídete. Ni aunque tu oferta sea la bomba. Esto es como el cole, si entregas tarde, ni te corrigen el examen. Así que ojo, planea bien, que esos días vuelan, y chequea si la administración cambia algo a última hora, que a veces lo hacen y ni avisan bien. Por cierto, no te olvides de las leyes que tocan el tema. Hay reglas nacionales, locales, a veces hasta europeas si te pones internacional, y saltártelas es buscarte un marrón legal. Si hay algo que no te cuadra o no pillas, búscate un abogado o alguien que domine el tema. Mejor eso que perder la oportunidad por un detalle absurdo o, peor, meterte en un lío por no cumplir.

¿Qué es un contrato marco?

Mira, el famoso contrato marco (o acuerdo marco, o contrato de suministro, porque a la burocracia le encanta tener mil nombres para lo mismo) es básicamente el comodín de las compras públicas. Piensa en él como la playlist de Spotify que te armas para la semana: no sabes exactamente cuándo vas a querer escuchar qué canción, pero ya tienes todo listo para que, cuando tengas el antojo, simplemente le das play. Así funcionan estos contratos: la entidad pública sabe que va a necesitar cosas—papel para impresora, laptops, que se yo—pero ni idea de cuándo ni cuántas. La gracia del contrato marco está en que agiliza todo el rollo de comprar. Olvídate de andar cotizando cada vez que alguien necesita toner. Con esto, se negocia un precio y condiciones fijas con uno (o varios) proveedores, y después simplemente pides lo que te va haciendo falta. Sale más barato, es más rápido, y no tienes a la gente de compras rezando para que no se acabe el stock justo antes de una reunión importante. ¿Quieres ejemplos? Piensa en cualquier cosa que se gaste seguido en una oficina pública: café, papel higiénico, laptops para cuando llega “el nuevo”. Ahí aplica el contrato marco. Eso sí, para llegar a este acuerdo, hay que pasar por todo el show de la licitación pública. Varias empresas lanzan sus ofertas, la entidad pública revisa y elige la que le conviene más (ojo, aquí no solo es el precio, también cuentan la calidad, el tiempo de entrega, etc). Cuando ya está todo decidido, firman el contrato marco y listo, a comprar sin drama. Un detalle que no muchos saben: este contrato NO te asegura que te van a comprar algo sí o sí. O sea, la empresa se compromete a vender cuando le pidan, al precio y condiciones pactadas, pero la entidad pública puede comprar mucho o poco, según le pinte. Si vendes, tienes que estar listo para cumplir, aunque el pedido sea mínimo… o gigante. Para las empresas que participan en estos procesos, puede ser un golazo. ¿Por qué? Porque te garantiza la posibilidad de venderle a la administración pública durante varios años, y si todo sale bien, puedes hasta enganchar otros contratos después. Pero ojo, hay que estar pilas: toca presentar una propuesta que destaque en precio, calidad y servicio, y cumplir siempre, porque si no, te cierran la puerta para la próxima. En fin, los contratos marco son la solución práctica para que el sector público no se vuelva loco cada vez que necesita comprar algo. También son una buena oportunidad de negocio para empresas que se animen a lidiar con la burocracia (y sobrevivir para contarlo).

¿Cuáles son los criterios de exclusión?

A ver, vamos al grano: los criterios de exclusión son como las reglas no escritas del juego para las empresas que quieren meterse en una licitación pública. Si no los cumples, ni sueñes con pasar la puerta. Y sí, cada país tiene su propio rollo, pero en general todo gira alrededor de la legalidad, tener buena pasta, saber lo que haces, y no ser un desastre ético. Primero, si tu empresa tiene un historial legal turbio, olvídalo. Corrupción, fraude, lavado de dinero, evasión fiscal… todo eso te pone en la lista negra al instante. Básicamente, no quieren hacer negocios con gente que podría salir en las noticias por las razones equivocadas. Sentido común, ¿no? Después está el tema de la solvencia financiera. Si tu empresa está a dos pasos de la quiebra, ¡next! Tienes que mostrar tus números, probar que tienes capital suficiente o un buen seguro, y que no andas con el agua al cuello. Nadie quiere quedarse colgado a mitad del contrato porque te quedaste sin fondos. Ahora, la capacidad técnica y profesional. Aquí no sirve el “yo confío en mí mismo”. Hay que demostrarlo con experiencia previa, un equipo decente, recursos, y cumplir ciertos estándares de calidad. Si nunca has hecho nada parecido o no tienes ni idea, mejor ni te presentes porque te sacan rapidito. Y claro, si ya la cagaste en contratos anteriores —no cumpliste plazos, hiciste un trabajo patético, no pagaste a tus subcontratistas, o simplemente gestionaste todo fatal—, eso también te tumba. Las entidades públicas no quieren reincidir con empresas que ya les dieron dolores de cabeza. Pero ojo, esto de los criterios de exclusión es solo el filtro inicial. Aunque los pases todos, todavía tienes que pelearla con tu propuesta y demostrar que eres la mejor opción en calidad y precio. O sea, es solo el primer obstáculo. Si quieres entrar a este mundillo, tienes que conocer bien estos criterios. Mejor aún, ponte las pilas con tus papeles legales, lleva tus finanzas como un reloj suizo, invierte en tu gente y no descuides ningún contrato. Si lo haces bien, no solo evitas la exclusión, sino que aumentas tus chances de ganar. ¿Fácil? Para nada. ¿Posible? Claro, pero hay que currárselo.

¿Qué son los criterios de solvencia?

Vale, vamos a ponerle un poco de vida a esto, porque el texto original suena a manual de instrucciones. Mira: Cuando hablamos de “criterios de solvencia” en licitaciones públicas, básicamente estamos diciendo: “Oye, ¿esta empresa de verdad tiene con qué cumplir o está vendiendo humo?” Los organismos públicos no son tontos; quieren asegurarse de que la compañía que eligen no va a desaparecer a mitad del proyecto ni les va a dejar el marrón. Por eso exigen un montón de requisitos, rollo “demuéstrame que no eres un desastre financiero ni técnico”. Y ojo, la solvencia es clave en todo este circo de las licitaciones. Imagina que eres el responsable de adjudicar una obra y te la juegas con una empresa sin músculo financiero… Pues te la pegas seguro. Así que estos criterios están ahí para evitar sustos y broncas después. Hay tres grandes bloques, y sí, parecen un trabalenguas, pero ahí van: Primero, la solvencia económica y financiera. ¿Qué narices significa esto? Pues que la empresa tiene que tener pasta, básicamente. Que los números cuadren: balances, cuentas anuales, ratios de liquidez, capital… Si no tienes dinero, ni te molestes en presentarte porque te van a tirar en la primera ronda. Luego viene la solvencia técnica y profesional. Aquí el rollo es “¿Sabes lo que estás haciendo?” Quieren ver experiencia en proyectos parecidos, empleados cualificados, maquinaria decente, no la furgoneta del abuelo. Demuestra que no eres un chapuzas y que tienes el equipo necesario. Y, por si fuera poco, también miran la parte organizativa. ¿Tienes un mínimo de estructura? ¿Sistemas de gestión? ¿Certificados de calidad? Vamos, que no seas un caos absoluto por dentro. Si no puedes ni organizar tus propios papeles, imagínate meterte en una obra pública. En resumen: si quieres pillar un contrato público, prepárate para pasar por el escáner. Si no tienes las cuentas claras, experiencia real y un poco de orden en casa, ni lo intentes. Cumplir con estos criterios es lo que separa a los que ganan de los que se quedan en la puerta mirando. Así de simple.

¿Qué es una oferta anormalmente baja?

Cuando hablamos de una oferta anormalmente baja en licitaciones públicas, básicamente nos referimos a esa propuesta que llega y, pum, está tan por debajo de las demás o del presupuesto oficial que hace levantar las cejas a más de uno. Es como si alguien fuera a venderte un iPhone nuevo por veinte pavos… algo huele raro, ¿no? Normal que surjan dudas sobre si la empresa de verdad puede cumplir con lo que promete, sobre todo en calidad, plazos o incluso legalidad. Ahora, la Directiva 2014/24/UE (sí, ese rollo europeo de contratos públicos) dice que una oferta de estas que parece demasiado barata puede ser rechazada, pero ojo, primero hay que pedirle al ofertante que explique con pelos y señales de dónde sale ese precio tan chollo. No vaya a ser que sea un error, o peor, una trampa. ¿Por qué salen estas ofertas tan bajas? Pues pueden ser desde un cálculo mal hecho (a todos se nos va la olla con los números a veces), gente que no ha pillado bien el alcance del proyecto, o empresas que tiran los precios a lo loco para ganar sí o sí. Pero hay que andarse con ojo, porque a veces detrás hay dumping (eso de poner precios por los suelos para barrer a la competencia y luego subirlos cuando ya tienen el contrato), o incluso explotación laboral, recortando de donde no se debe. Para cualquiera que quiera meterse en estos fregados de las licitaciones públicas, es clave tener claro que si presentas una oferta que parece una ganga sospechosa, prepárate para que te miren con lupa. Que sí, que a la administración le mola ahorrarse pasta, pero tampoco quieren comerse marrones por retrasos, chapuzas o demandas de trabajadores. Así que, si vas a tirar los precios, más te vale tener un buen argumento y pruebas de que puedes sacar el trabajo adelante sin saltarte la ley ni sacrificar la calidad. En resumen: una oferta anormalmente baja puede ser el billete dorado o el principio de un lío monumental. Si quieres jugar a ese juego, hazlo con cabeza y ten todo bien atado, porque si no, igual no solo pierdes el contrato, sino que te ganas una reputación chunga. Y eso sí que no compensa, ni aunque te lo pongan en bandeja.

¿Qué es un contrato de concesión?

Un contrato de concesión, mira, básicamente es un trato entre una entidad pública (sí, el gobierno o el ayuntamiento de turno) y una empresa privada. El chiste es que a la empresa le dan permiso para operar, mantener y meterle dinero a algún bien o servicio público. ¿Por cuánto tiempo? Pues depende, pero suelen ser años largos, rollo 10, 20, a veces hasta 30 años o más. No es cosa de un ratito. Este tipo de contratos es el pan de cada día en las licitaciones públicas. ¿Por qué? Porque permite que las empresas privadas se metan en el mundillo de los servicios públicos o de infraestructuras, rollo carreteras, recogida de basura, agua, luz, lo que se te ocurra. Y lo hacen jugándosela: ellos ponen el dinero, construyen, operan y mantienen el servicio o la obra. ¿A cambio de qué? De poder sacarle jugo explotando esa infraestructura o servicio. O sea, cobran y, si les sale bien, recuperan la inversión y ganan pasta. Normalmente, la empresa privada que agarra el contrato —el “concesionario”, para los amigos— se encarga de todo: buscar la financiación, construir, operar y mantener el invento ese. Y claro, el riesgo va de su cuenta. Si la cosa sale mal, mala suerte. Pero si le sale bien, puede sacarle bastante provecho. Eso sí, no todo es jauja, porque estos contratos vienen cargadísimos de reglas: la entidad pública pone condiciones sobre la calidad del servicio, lo que pueden cobrar, y hasta cuánto tienen que invertir en mejoras. ¿El truco? Estos contratos exigen un compromiso de los gordos. Si tu empresa quiere participar en una concesión, prepárate para estar casado con el proyecto durante años y años, invirtiendo tiempo, recursos y energía. No es para cobardes ni para los que buscan dinero rápido. Pero si te va la marcha y te gustan los retos, puede ser una jugada interesante.

¿Qué es una entidad adjudicadora?

Vale, voy al grano: cuando hablamos de “entidad adjudicadora” estamos hablando del típico organismo público que se encarga de organizar concursos para ver quién se lleva los contratos de obras, servicios o suministros pagados con pasta del Estado. O sea, son como los jueces de un partido donde las empresas compiten para ver quién hace el trabajo… y quién cobra. ¿Quién puede ser esa entidad? Pues desde un ministerio hasta un ayuntamiento, pasando por hospitales, universidades públicas, o cualquier chiringuito que se nutra de fondos públicos. Y sí, cada país tiene sus propias reglas, pero en general la idea es que el proceso sea limpio, transparente y sin chanchullos. Nada de favoritismos ni puertas traseras… al menos, en teoría. La movida de estas entidades es preparar todo el papeleo de la licitación (que ya te digo yo, a veces parece un máster en burocracia), poner las bases claras, revisar las ofertas que lleguen, y decidir quién se lleva el gato al agua. Todo esto, supuestamente, de forma justa y dándole a todo el mundo una oportunidad real. O sea, no debería ganar el de siempre solo porque conoce a alguien, ¿me entiendes? Si eres una empresa y quieres pillar cacho en esto de las licitaciones, tienes que entender muy bien cómo juega la entidad adjudicadora. Saber qué buscan, cómo puntúan las ofertas y, sobre todo, no liarla con los requisitos legales. Porque, sí, cada país tiene su propio manual de instrucciones: en Europa está la famosa Directiva 2014/24/UE; en EE.UU., la Federal Acquisition Regulation. No es que sean libros de cabecera, pero conviene echarles un ojo. ¿Un truco? No viene mal hacerte amigo (profesionalmente hablando, claro) de la entidad adjudicadora: ir a eventos, presentar ofertas decentes, y cumplir lo prometido si te pillan para un contrato. Eso suma puntos, aunque no te lo pongan en el formulario. En resumen, si quieres jugar en el mundo de la contratación pública, tienes que saber quién reparte el bacalao (la entidad adjudicadora), cómo lo hace, y no dormirse en los laureles con la burocracia. Si pillas el truco, igual hasta te llevas un contrato. ¡Suerte con eso!

¿Qué es una oferta técnica?

Vale, aquí va con un toque mucho más humano, menos cuadrado y, bueno, algo de chispa: La oferta técnica… eso es básicamente el currículum con esteroides que una empresa manda cuando quiere ganarse un contrato público. No es cualquier papelito: aquí es donde la empresa explica con pelos y señales cómo piensa cumplir con todo lo que exige la licitación. O sea, “esto es lo que vamos a hacer, así lo vamos a hacer, y mira todo lo que sabemos”. Hay dos cosas clave en toda licitación: la oferta técnica (de la que estamos hablando) y la económica. La técnica es el “cómo”, la otra es el “por cuánto”. Nada de mezclar peras con manzanas. Si metes números en la oferta técnica, te pueden botar sin mirar atrás. El chiste de este documento es dejar clarísimo que la empresa no sólo entiende lo que pide la licitación, sino que tiene el músculo y la cabeza para lograrlo. Aquí entra de todo: el método de trabajo, cronograma, recursos, hasta el equipo humano (sí, los nombres y currículums de los cracks que van a estar metidos en el ajo). Y, ojo, cada licitación es un mundo: las reglas cambian, los requisitos también, así que nada de copy-paste de una a otra. Hay que leer bien la letra pequeña y ajustarse a lo que piden, porque un detalle fuera de lugar y te quedaste afuera. Otra cosa: la oferta técnica tiene cero espacio para hablar de dinero. Eso se guarda para la otra parte, la económica. Todo esto es para asegurarse de que las empresas compitan en igualdad de condiciones. Si te aventuras a meter precios aquí, bueno… no digas que no te avisamos. A la hora de armar el documento, hay que ser claros, directos y, si se puede, hasta un poco creativos. Nada de rollos interminables que nadie va a leer; lo mejor es ir al grano y mostrar con ejemplos o certificados que no es la primera vez que te enfrentas a algo así. Si tienes casos de éxito o referencias, mejor todavía. En fin, la oferta técnica es la carta de presentación con la que te juegas el pase al sector público. Si la armas bien, tienes media batalla ganada. Si no, pues… será para la próxima.

¿Cómo se evalúan las ofertas en una licitación?

¿Quieres saber cómo funciona eso de evaluar ofertas en una licitación pública? Bueno, te lo cuento sin tanto rollo legal. Es un proceso clave, casi como la ronda final de un reality show, donde sólo el más preparado se lleva el premio (en este caso, el contrato). Todo el asunto está lleno de reglas—nada de hacer trampa ni favoritismos—porque el chiste es que haya transparencia y todos tengan la misma chance. Primero, ojo: no es sólo mandar tu propuesta y esperar la llamada. Hay dos filtros. El primero es la “aptitud”, que básicamente es ver si traes todos tus papeles en regla: licencias, experiencia, dinero en el banco, ese tipo de cosas. Si no cumples, bye, ni te molestes en preguntar. ¿Pasaste la primera ronda? Ahora viene la parte jugosa: la oferta económica. Obvio, el precio importa, pero tampoco es que siempre gane el más barato. Depende de la licitación, a veces pesa más la calidad técnica, el ahorro a largo plazo, si tu propuesta es ecológica, y un largo etcétera. Al final, buscan el famoso “mejor valor por el dinero”, nada de andar regalando cosas chafas sólo porque cuestan menos. Todo esto lo revisa un comité de expertos (o eso dicen), que se supone siguen el librito al pie de la letra. Nada de favoritismos ni “palancas”, porque todo debe ser justo y transparente. O al menos esa es la teoría, ¿no? Si eres una empresa y te quieres aventar a este mundo, no te queda de otra que leer los pliegos como si fueran la Biblia, tener tus papeles listos, y preparar una propuesta que realmente compita—no sólo en precio, sino en todo lo demás. Y si te sientes perdido, no está de más buscar a alguien que sepa del tema, un consultor que te guíe en la selva de trámites y tecnicismos. ¿En resumen? Evaluar ofertas en licitaciones públicas es un rollo complicado, sí, pero si entiendes bien cómo va la cosa y cumples con lo que piden, tus chances de ganar suben un montón. La clave: conocer el proceso, no saltarte ningún requisito y armar una oferta que no sólo sea barata, sino que realmente aporte valor. Así, tal cual.

¿Qué es una cláusula de revisión de precios?

Mira, la famosa cláusula de revisión de precios, ese as bajo la manga en los contratos públicos largos. Básicamente, es ese parrafito mágico que te deja ajustar el precio acordado si el mercado se pone loco, la inflación se dispara, o pasa cualquier cosa rara en la economía. No es solo para que uno de los dos –la empresa o la administración pública– no acabe llorando en la esquina cuando los números dejan de cuadrar. Sirve justo para eso: mantener el contrato a flote y que nadie salga perdiendo, ni el que paga ni el que cobra. Y ojo, esto no es una invención moderna ni algo que se vea igual en todos lados. En España, por ejemplo, el asunto está bien atado en el Real Decreto Legislativo 3/2011 y no se puede andar aplicando así porque sí. Hay reglas, hay límites y, por supuesto, mucha letra pequeña. Tampoco creas que todos los contratos llevan esta cláusula metida. Normalmente la reservan para contratos largos o para proyectos que, por su rollo, pueden sufrir cambios bruscos en los costes. Si no lo pone clarito en los pliegos y no está la fórmula de revisión bien explicada, olvídate. Las empresas que quieren meterse en estos fregaos de licitaciones públicas deberían saber de memoria cómo funciona este asunto. No es cuestión de lanzarse a ciegas; si no lo entiendes bien, igual acabas trabajando por amor al arte. Mi consejo: habla con alguien que sepa, un abogado o algún experto en contratos públicos, porque aquí no hay margen para errores tontos. En resumen, la cláusula de revisión de precios es esa red de seguridad que puede salvarte el pellejo en un contrato público. Usada bien, te mantiene a flote; ignorarla, bueno, puedes acabar contando monedas para llegar a fin de mes.

¿Qué es la Mesa de Contratación?

La Mesa de Contratación, bueno, básicamente es el grupo que mete mano en todo el rollo de las licitaciones públicas. No es solo un comité aburrido que se reúne para tomar café, eh. Son los que están ahí, desde el principio, mirando los papeles (el famoso pliego de condiciones) hasta que sueltan el nombre del ganador. Y ojo, su trabajo pesa, porque de ellos depende que el proceso sea limpio y sin chanchullos. ¿Quiénes la forman? Pues tienes al presi, el secretario (que suele ser quien apunta todo) y los vocales, que son como los expertos invitados. No los elige el azar, los pone la entidad que va a contratar, pero tienen que saber de lo que hablan. Y, muy importante, no pueden tener ningún tipo de interés en lo que se decide. Nada de que mi primo se presenta y yo le echo un cable. Si no, apaga y vámonos. Una de las escenas estrella de la Mesa es la apertura de los sobres. Literalmente, abren los sobres con las ofertas de las empresas, delante de quien quiera mirar (los propios licitadores pueden estar ahí), y leen en voz alta cuánto pide cada uno. Nada de trapos sucios ni movidas en la sombra. Después, toca analizar todo. Revisan los papeles administrativos, ven si las empresas tienen la pasta y la solvencia necesarias, y valoran las propuestas económicas y técnicas. Vamos, que no es solo ver quién cobra menos, sino quién puede realmente hacer el trabajo y no dejarlo tirado a mitad de camino. Cuando ya han mirado todo con lupa, la Mesa propone qué empresa debería llevarse el contrato. Pero no te creas que su palabra es ley. La última decisión la toma la entidad contratante, que puede pasar de la recomendación si le da la gana (aunque claro, tiene que justificarlo, no vale un “porque sí”). Las decisiones de la Mesa tienen que estar bien explicadas y escritas, para que nadie venga luego diciendo que aquí huele a chamusquina. Si alguna empresa no está de acuerdo con lo que se ha decidido, puede reclamar (y vaya si reclaman). Hay recursos administrativos y hasta te puedes ir a juicio si la cosa se pone fea. En fin, la Mesa de Contratación es como el árbitro del partido: si hace bien su trabajo, todo el mundo juega limpio, hay igualdad y nadie puede quejarse de favoritismos. Si vas a meterte en una licitación pública, mejor que sepas cómo funciona este tinglado. Y, sinceramente, si no quieres perderte entre papeles y tecnicismos, búscate a alguien que sepa del tema. Un especialista en licitaciones te puede salvar el pellejo y evitar que te echen para atrás la oferta por una chorrada.

¿Qué es el contrato mixto?

Vale, te lo suelto en cristiano: un contrato mixto, cuando hablamos de licitaciones públicas y movidas del sector público, es básicamente un Frankenstein legal. O sea, agarras dos o más tipos de contratos diferentes, los mezclas en uno solo, y ¡zas! tienes un contrato mixto. Esto pasa cuando una sola licitación te pide, por ejemplo, construir algo y al mismo tiempo proveer todo el material o los servicios para que funcione. Todo junto, todo revuelto. Por ejemplo, imagina que te piden levantar un edificio (eso sería el típico contrato de obra) y encima tienes que meterle todo el equipamiento (contrato de suministro). Dos cosas distintas, pero te las ponen en el mismo paquete. Es como pedirte que cocines y que después friegues los platos, todo incluido en el mismo trato. A nivel de palabras clave para SEO, no te rompas la cabeza: “contrato mixto”, “licitaciones públicas”, “contratación del sector público”, “contrato de obras”, “contrato de suministro”, “contrato de servicios”. Lo típico que buscaría alguien perdido en estos temas. Legalmente, el rollo se pone más interesante. Las reglas no son iguales en todos lados. En la Unión Europea, por ejemplo, la Directiva 2014/24/UE dice que si el contrato parece ser de varios tipos a la vez, hay que mirar cuál es el componente principal y regirse por ese. Vamos, lo que más pese, manda. Ahora, un consejo de amigo: si eres empresa y te lanzas a por un contrato mixto, ojo. Cada tipo de contrato dentro del “mix” tiene sus reglas, sus papeleos, sus dolores de cabeza. Antes de firmar nada, entérate bien de qué va cada parte y qué te están pidiendo exactamente. No te dejes llevar solo por la emoción de ganar la licitación. Y que no se te olvide, estos contratos son un lío. Más complicados de manejar que los contratos de toda la vida, porque tienes que lidiar con varias cosas a la vez, cada una con sus historias. Así que igual te toca poner más gente a gestionar el asunto o buscar a alguien que sepa moverse en este terreno. No es para amateurs, te lo digo ya. En resumen: el contrato mixto es una herramienta útil, sí, porque te da margen de maniobra y puedes hacer varias cosas en una sola jugada. Pero también puede ser un campo de minas si no sabes bien dónde te metes. Así que, si te va la marcha y tienes el equipo para ello, adelante. Si no, mejor piénsatelo dos veces.

¿Cómo se resuelven los conflictos en la contratación pública?

Arreglémonos las mangas, porque el tema de los conflictos en la contratación pública, bueno, no es poca cosa. Meterse en una licitación pública es como lanzarse a la piscina sin saber si hay agua: todo parece bien hasta que surgen los problemas. Que si interpretaste mal una cláusula, que si el otro entendió otra cosa, o simplemente alguien no cumple lo que prometió. Vamos, que el caos puede aparecer en cualquier momento. ¿Y cómo se sale de ese berenjenal? Normalmente lo primero es sentarse a hablar. No hay magia aquí, solo un poco de sentido común: negociar, echarse unas charlas (a veces más tensas que una final de Champions) y ver si se puede llegar a un acuerdo sin montar un circo. Es rápido, barato y, si tienes suerte, te ahorras un dolor de cabeza. Si la negociación se va al garete y nadie cede, entra en juego la mediación. Aquí aparece el mediador, ese árbitro neutral que intenta poner paz. No decide por ti, pero sí te ayuda a que no acabes lanzando el contrato por la ventana. Y oye, suele funcionar, porque aún hay cierta voluntad de arreglar las cosas sin llegar a mayores. Ahora bien, si ni hablando ni con mediador de por medio hay manera, toca arbitraje. Esto ya es más serio. Un árbitro (o varios) escucha a ambas partes, sopesa argumentos y decide. Y aquí sí, lo que diga va a misa. Nada de “bueno, pero yo no estoy de acuerdo”. Te aguantas y acatas. ¿Y si todo lo anterior falla? Pues toca ir a juicio. Pero, sinceramente, eso es lo último que quieres. Entre abogados, papeleos, y el tiempo que se va, igual te salen canas esperando la resolución. Por eso nadie se apunta primero a la vía judicial, es como el botón rojo de emergencia. En cuanto a la parte legal, cada país tiene su propio rollo. España, por ejemplo, lo tiene bien atado con la Ley de Contratos del Sector Público, que te dice cómo manejar estos líos. En otros sitios, pues sus propias reglas y regulaciones. Conclusión rápida: si eres empresa y te vas a meter en una licitación pública, no vayas a ciegas. Aprende cómo funciona esto, lee bien lo que firmas, y si no entiendes algo, busca un buen abogado (o al menos alguien que haya pasado por el marrón antes). Y ya que estamos, mete una cláusula de resolución de conflictos en el contrato, porque más vale prevenir que lamentar. Así, si la cosa se tuerce, tienes un plan y no te pilla el toro.

¿Qué es el contrato menor?

Vale, vamos a darle una vuelta más natural (y menos de manual) al texto: El contrato menor, ese viejo conocido de la administración pública en España, es básicamente la forma exprés que tienen los ayuntamientos, las comunidades autónomas o el Estado para pillar obras, servicios o suministros que no cuestan un dineral. Nada de rollos de papeleo infinito ni licitaciones eternas: aquí, si no pasas de los 40.000 euros en obras (o 15.000 en servicios y suministros, ojo, sin contar el IVA), lo pueden adjudicar casi en un abrir y cerrar de ojos. Todo esto está regulado por la Ley de Contratos del Sector Público, la famosa LCSP, que pone las normas del juego para que no se les vaya la olla con los contratos. Y sí, justo por ser tan rápido y directo, el contrato menor ha dado que hablar. Hay quien dice que es la puerta trasera para trocear contratos y saltarse el control de la licitación pública. Por eso, la ley mete mano y deja claro que no puedes andar partiendo contratos a lo loco solo para meterlos como menores. Vamos, que no cuela. Eso sí, no todo es jauja. Si eres una empresa y te mola la idea de pillar uno de estos contratos, hay que cumplir requisitos. Para empezar, tienes que estar apuntado en el ROLECE (el dichoso Registro Oficial de Licitadores y Empresas Clasificadas del Estado) o el registro de tu comunidad autónoma. Además, tienes que demostrar que realmente puedes hacer el curro y tienes solvencia, que aquí nadie regala nada. Y aunque parezca que esto es una carrera de velocidad, no se olvidan de los principios de publicidad, igualdad, transparencia, y toda esa parafernalia para que nadie se lleve el contrato por la cara. La administración tiene que asegurarse de que todas las empresas que cumplan pueden presentarse y que el proceso es limpio. En fin, el contrato menor es como el comodín para empresas que quieren entrar en la contratación pública sin morir en el intento. Es rápido, sí, pero hay que saberse las normas y cumplirlas. Y, por mucho que sea directo, sigue estando vigilado para que la competencia sea justa y no se líen chanchullos. O al menos, eso dice la ley.

¿Cómo se justifica la elección del procedimiento de contratación?

Vale, vamos a darle un giro más humano y menos “manual de instrucciones”, porque, seamos sinceros, nadie habla así en la vida real. Aquí va mi versión: Elegir cómo se va a contratar algo en el sector público no es precisamente tirar un dado y ya está. Hay que justificarlo bien, y no sólo por gusto, sino porque todo el rollo de la transparencia, la competencia y la igualdad está en juego—y créeme, a los de arriba les encanta revisar eso. Cada tipo de procedimiento tiene su propio rollo y sirve para situaciones distintas, según lo que diga la ley (que, por cierto, cambia más que el clima). ¿En qué te fijas para elegir el procedimiento? Pues en un montón de cosas: cuánto cuesta el contrato, si es súper complejo o un trámite sencillo, si hace falta negociar detalles o no, y mil factores más. Hay que pensarlo bien, porque si no, te pueden pillar los dedos. Si el contrato es de esos que cuestan un dineral, normalmente se va por el procedimiento abierto o restringido. O sea, el abierto es como una fiesta a la que puede entrar cualquiera a presentar su oferta. El restringido es más selecto: primero miran quién quiere participar y después sólo dejan pasar a los elegidos. Nada de colarse. Ahora, si la cosa es más de sentarse a negociar (en plan, “oye, que esto hay que hablarlo porque no lo tengo claro”), entonces toca el procedimiento negociado. Pero ojo, que no es barra libre: la ley dice cuándo puedes usarlo y cuándo no, porque si no, se puede montar un lío de favoritismos y poca competencia. ¿Contratos chiquitos o de poca pasta? Ahí se tira del procedimiento simplificado o menor. Es rápido, fácil, pero hay que andarse con ojo: si abusas, te pueden acusar de saltarte las normas. Y, por supuesto, todo este rollo de por qué elegiste tal o cual procedimiento hay que dejarlo por escrito y guardarlo bien. Que luego vienen las auditorías o revisiones y más te vale tenerlo todo a mano para demostrar que hiciste las cosas como Dios manda. En resumen: no se trata sólo de cumplir la ley porque sí, sino de buscar el mejor trato en calidad y precio, y que todas las empresas tengan la misma oportunidad. Si eliges bien (y puedes explicar por qué lo hiciste), te ahorras un montón de dolores de cabeza y la licitación va mucho más fluida.

¿Qué es un contrato de suministros?

Mira, un contrato de suministros, en pocas palabras, es ese típico acuerdo donde alguien (el proveedor, claro) promete darle cosas—materiales, productos, lo que sea—a otra persona o empresa (el comprador). Nada del otro mundo, pero bastante común, sobre todo cuando hablamos del sector público. Piensa en hospitales, colegios, ayuntamientos… toda esa gente necesita bolis, papel, ordenadores… y no, no los imprimen mágicamente. Cuando una administración pública saca una licitación (básicamente, hace un anuncio buscando quién le vende qué), ahí entra el famoso contrato de suministros. Ahí se ponen todas las reglas del juego: qué se entrega, cuánto, cuándo, por cuánto dinero, cómo se paga y mil detalles más que, honestamente, a veces ni los abogados entienden a la primera. Y ojo, cada país tiene su propia versión legal, que no es lo mismo comprar folios en Madrid que en Buenos Aires. Si te interesa el tema porque te quieres posicionar en Google o algo así, las palabritas clave son rollo: “licitación pública”, “contrato público”, “proveedor de suministros”, y similares. Si te pones a usarlas bien, igual hasta subes un poco en los resultados. Magia del SEO, ya sabes. Ahora, hablando en serio, en España todo este tinglado lo regula la Ley de Contratos del Sector Público (LCSP, por si te mola la jerga). Ahí explican que un contrato de suministros es, básicamente, cuando una empresa se compromete a entregar cosas a cambio de pasta. Puede ser compra o alquiler; depende de si al final las cosas son tuyas o solo las usas. Si eres de los que se lanzan a participar en estas licitaciones, más te vale leerte bien el contrato. Asegúrate de saber exactamente qué tienes que entregar, cómo y cuándo. Y no te olvides de comprobar que quien te va a pagar realmente puede hacerlo; el sector público a veces paga lento, así que paciencia y café. Por cierto, no todo es firmar y listo. Hay que tener la logística controlada, un seguro decente (por si las moscas), y saber bien qué leyes te aplican, porque si no, te puedes meter en un lío legal del que cuesta salir. Resumiendo: un contrato de suministros es básicamente un compromiso legal para entregar bienes, muy típico en contratos públicos. Si vas a meterte en ese mundillo, lee bien la letra pequeña y prepárate para cumplir, porque aquí no se juega.

¿Qué es una garantía de cumplimiento?

A ver, la famosa garantía de cumplimiento – o fianza de cumplimiento, si te gusta complicarlo – básicamente es un seguro para cuando un contratista la riega y no cumple lo que prometió en un contrato. Súper común en todo eso de licitaciones públicas. Es el escudo que usan los organismos del gobierno para no quedarse colgados si la empresa ganadora decide desaparecer o simplemente no hace las cosas bien. ¿Y cómo funciona esto? Pues si la empresa adjudicada se echa para atrás o hace un desastre, el gobierno puede ir directo a cobrar la garantía y usar ese dinero para terminar el proyecto, normalmente contratando a alguien más. Así el proyecto sigue adelante y nadie se queda llorando en la esquina. Es como tener un “plan B” financiero bien armado. Legalmente, este tema es un laberinto porque depende de cada país y de cada sector. Por ejemplo, en Estados Unidos tienen la famosa Miller Act, que te obliga sí o sí a poner la garantía si quieres trabajar en proyectos federales. En la mayoría de los lugares, no cualquiera puede emitir esta garantía; necesitas un banco o aseguradora con todas las de la ley. Para las empresas que quieren lanzarse al ruedo de las licitaciones públicas, entender este rollo es clave. Ojo, que no es gratis: la garantía de cumplimiento cuesta y hay que meterlo en el presupuesto desde el principio. Pero también es una carta fuerte porque a los organismos públicos les da mucha más tranquilidad elegirte si ven que tienes todo cubierto. Así que, si estás pensando en meterte al mundo de las licitaciones, ni lo dudes: consigue esa garantía y hazlo con una aseguradora o banco que te convenga, porque al final eso puede cambiar el precio y las condiciones. Pero tampoco creas que es la única salvavidas que existe para los riesgos del contrato público; hay más herramientas en la caja. En resumen, la garantía de cumplimiento es el chaleco antibalas para el gobierno si el contratista no cumple. Sí, es un gasto extra, pero también puede ser la diferencia entre que te elijan o no. Así funciona el juego.

¿Qué es la publicación previa de un contrato?

Bueno, mira, el rollo de la “publicación previa de un contrato” – o sea, ese anuncio que sueltan antes de sacar oficialmente una licitación – es básicamente el primer aviso para que las empresas se pongan las pilas. Es como cuando anuncian la salida de un festival y te dan chance de ahorrar para el boleto. En fin, esta etapa es clave porque, si no, imagina el caos: empresas sin idea de qué va la cosa, compitiendo a ciegas, y luego quejándose de favoritismos. Mal asunto. En la Unión Europea, y en muchos otros países que se lo toman en serio, es completamente obligatorio. Está en la famosa Directiva 2014/24/UE y en otras tantas reglas. Básicamente, no es opcional. ¿Por qué? Pues porque si no publican nada, nadie más que los “compadres” se enteran de las oportunidades. Al avisar con tiempo, todas las empresas pueden ver de qué va el contrato, hacer cuentas y ver si les interesa o si mejor ni se meten. Normalmente, ese anuncio incluye cosas como: de qué trata el contrato, los requisitos para participar, cuánto presupuesto hay (o más o menos), cuánto tiempo tienen para entregar todo, cómo les van a pagar, y un par de detalles más. O sea, no es solo un “se busca proveedor”, sino toda la info básica para que nadie pierda el tiempo. También sirve para que el proceso sea limpio y competitivo. Nada de trucos bajo la mesa. Al publicar los datos, le dan a todas las empresas la misma oportunidad de prepararse, así que no hay excusas de “es que ellos sabían antes” o “a mí no me avisaron”. Así se supone que gana el que tiene la mejor oferta, no el que tiene el mejor contacto en la administración. Total, este paso es fundamental para que el proceso de licitación no sea un desastre y para que las empresas puedan ponerse las pilas a tiempo. Si tu empresa quiere meterse a esto de las licitaciones públicas, tienes que estar súper pendiente de estos anuncios y leerlos de arriba abajo (a veces son un ladrillo, pero bueno…). Y si algo no entiendes, ni se te ocurra improvisar: lo mejor es buscar a alguien que sepa de contratos o licitaciones para que no termines metido en un lío o perdiendo la oportunidad por no leer la “letra pequeñita”.

¿Qué es una modificación contractual?

Bueno, mira, una modificación contractual básicamente es meterle mano al contrato original después de que ya todos lo firmaron y se pusieron de acuerdo. Puede ser cualquier cosa: cambios en las condiciones, en lo que hay que hacer, en los plazos, en la pasta (el precio), o en algún detalle que antes ni te pasaba por la cabeza. Al final, estas modificaciones son el pan de cada día en la gestión de contratos públicos, porque a ver, ¿cuándo sale todo perfecto a la primera? Spoiler: nunca. A veces el cliente cambia de opinión, o de repente hay una ley nueva, o simplemente hubo un error o algo confuso en el contrato de entrada. También puede pasar que, en plena ejecución, salga algún imprevisto y ni modo, toca ajustar. Ahora, en el rollo de las licitaciones públicas, ojo, porque aquí no puedes ir cambiando cosas a la ligera. Si te pasas de listo, te la puedes liar parda y acabar rompiendo las reglas de contratación. En muchos países, si le metes un cambio grande a un contrato público, igual toca volver a sacar la licitación desde cero, con toda la parafernalia que eso implica. ¿Por qué? Pues porque si cambias mucho el contrato, igual otros proveedores podrían haber estado interesados o habrían ofrecido algo mejor. Sería un poco jugar sucio dejar a los demás fuera de la fiesta. En la Unión Europea, por ejemplo, la Directiva 2014/24/UE te lo deja clarito: si el cambio es tan gordo que podría haber atraído a otros licitadores o habría cambiado el resultado de la licitación, entonces hay que volver a empezar. Nada de hacer trampas bajo la mesa. Así que, si eres una empresa que se mete en estos líos de contratos públicos, tienes que tener clarísimo qué estás firmando antes de poner el autógrafo. Y si toca cambiar algo, hazlo con cabeza y siguiendo la ley. A veces no queda otra que llamar a un abogado, sobre todo si el contrato es un monstruo de esos de millones y mil páginas. Un consejo práctico: mete en el contrato clausulitas para gestionar estos cambios. Cosas como revisiones de precio o ajustes, para que si hay que adaptarse a lo que venga, no te pillen en fuera de juego. Y, por supuesto, habla con tu cliente público, no te quedes esperando a que explote la bomba. Mantén la comunicación fluida y así los cambios no te pillan por sorpresa. Para resumirlo sin tanta vuelta: modificar un contrato puede ser inevitable, pero en el mundo de las licitaciones públicas hay que hacerlo con cuidado y sin saltarse las reglas, o te la juegas. Entiende bien lo que firmas, asesórate cuando haga falta, pon mecanismos para los cambios y no pierdas de vista la comunicación con el cliente. Fácil, ¿no? Bueno, fácil no, pero al menos ya sabes por dónde van los tiros.

¿Qué es el diálogo competitivo en licitaciones?

Vale, ahí va el texto con más sabor a humano: El diálogo competitivo… suena a terapia de pareja, ¿no? Pero nada que ver. Es una movida que usan las entidades públicas cuando necesitan comprar algo (ya sea servicios, obras, lo que sea) y no tienen ni idea de cómo deberían ser exactamente las cosas. O sea, están tan perdidas con los detalles técnicos o con el rollo legal/financiero del proyecto, que necesitan ayuda para aclararse. ¿Y cómo funciona esto? Pues nada, la administración invita a varias empresas (los licitadores, para que vayamos cogiendo jerga) a sentarse a charlar. Literalmente. No es solo mandar papeles y ya, sino que se abren conversaciones reales donde cada empresa puede soltar sus ideas, proponer soluciones distintas y ver si encajan con lo que busca la entidad pública. La gracia de todo esto es asegurarse de que hay competencia legítima entre los participantes, y que al final la administración se lleva lo mejorcito que haya en el mercado. Y oye, a veces los privados sorprenden con ideas frescas o soluciones que ni se les habían pasado por la cabeza a los funcionarios. Win-win, vaya. Ahora, ojo al dato: esto NO es una negociación. Aquí no se trata de regatear el precio de los cacahuetes en el mercadillo. Pueden discutir propuestas, sí, pero no pueden andar cambiando cláusulas ni condiciones del contrato a mitad de camino. Todo tiene que mantenerse limpio y transparente, sin amiguismos ni tratos bajo la mesa. Por si acaso, todo el proceso está más regulado que una farmacia, con normas de la Unión Europea y demás burocracia. Hay reglas para elegir a los que participan, para cómo se hacen las charlas, cómo se decide quién gana… en fin, el pack completo para que nadie se pase de listo. Para las empresas, meterse en un diálogo competitivo es una oportunidad de oro para lucirse: si tienes una idea que puede revolucionar el asunto o ahorrar pasta, este es el sitio. Eso sí, hay que saberse las reglas al dedillo, preparar una propuesta que lo pete y estar listo para defenderla con ganas (y sin triquiñuelas). Si lo resumimos: el diálogo competitivo es ese momento en el que el sector público se da cuenta de que necesita ayuda y deja que los privados le echen una mano con ideas chulas, pero siempre compitiendo en igualdad de condiciones. Para las empresas, es el escaparate ideal… si saben moverse y cumplen con las normas del juego. ¿Fácil? No siempre. ¿Interesante? Sin duda.

¿Cómo se garantiza la igualdad de trato en licitaciones?

Mira, el rollo de la igualdad de trato en licitaciones públicas es algo así como la base del juego limpio, ¿sabes? Sin esa regla, todo sería un desmadre lleno de favoritismos y chanchullos. No importa si eres una mega empresa o el pequeño negocio de la esquina: todos deberían tener chance de competir por un contrato sin que les vean raro por su tamaño, de dónde vienen o cualquier cosa por el estilo. Básicamente, aquí se trata de cero discriminación, transparencia real (no esa que sólo es de palabra) y que el proceso sea justo para todos. ¿Y cómo se supone que logran esto? Pues, primero, la ley manda. En buena parte del mundo, este principio está en letras grandes y negritas en las leyes de contratación pública. Por ejemplo, en Europa lo llevan tan en serio que hasta lo pusieron en sus Directivas de la Unión Europea. En Estados Unidos, la Ley Federal de Adquisiciones dice lo mismo pero con acento gringo. Pero las leyes no lo son todo. También están las mañas y los procedimientos para que nadie se salga con la suya. Para empezar, los criterios para decidir quién se lleva el contrato tienen que estar clarísimos y no pueden ser una trampa disfrazada para beneficiar al “amigo de”. Todo tiene que ser por méritos, nada de favoritismos, y los criterios deben publicarse desde el inicio. Si no, ¿qué sentido tiene competir? Luego, el asunto no termina ahí. Cuando ya están evaluando las ofertas, el proceso tiene que ser justo de verdad. Nada de compadrazgos ni decisiones en lo oscurito. Suelen armar comités independientes para revisar todo, y estas personas no deben tener ningún tipo de relación con los que están concursando. O sea, si tu primo está en el comité, mejor ni participes. Y, obvio, todo tiene que ser abierto. Las ofertas deben estar a la vista de todos los que compiten, y cuando alguien gana, tienen que explicar por qué. Nada de “ganó porque sí”. Si no, la desconfianza se va a las nubes. Ah, y si sientes que te hicieron trampa o te dejaron fuera de la jugada injustamente, puedes pedir que revisen el proceso o incluso meter una queja formal. No te tienes que quedar callado viendo cómo se reparten el pastel. En pocas palabras, la igualdad de trato en licitaciones no es solo una frase bonita para poner en folletos. Es un combo entre lo que dice la ley y lo que pasa en la práctica para que nadie salga perjudicado por cosas que no tienen nada que ver con sus capacidades. Claro, ojo: igualdad no es tratar a todos exactamente igual, como si fueran robots. Es darles a todos una oportunidad justa, tomando en cuenta las circunstancias reales de cada quien. Porque, bueno, la vida real no es tan cuadrada como los manuales.

¿Qué es la contratación pública electrónica?

Venga, hablemos claro: la contratación pública electrónica, ese rollo que muchos llaman e-procurement, básicamente significa que las instituciones públicas ya no andan con papeles y sellos, sino que se pasan todo el proceso de comprar y licitar cosas al mundo digital. Desde que publican la licitación hasta que se firma el contrato, todo va por internet. Y sí, hoy en día es lo suyo para que los trámites no sean eternos, haya menos líos, y, de paso, se ahorre un dinerillo. Transparencia y eficiencia, dicen. Bueno, por lo menos en teoría. ¿Y cómo va el asunto? Pues a través de plataformas digitales donde los que compran y los que venden pueden hablar, presentar ofertas, revisar quién ganó, y hasta controlar si el contrato se cumple o no. Todo seguro, todo transparente… o eso prometen. Lo cierto es que cada vez más países y organismos públicos se están subiendo a este tren. No es que tengan mucha opción, la verdad. Las ventajas son bastante jugosas: menos esperas, menos errores de esos de “me equivoqué con el papel”, más ofertas para elegir y, sobre todo, más claridad en los procesos. Vamos, que el que quiera hacer trampas lo tiene más difícil (aunque siempre salen creativos, ya sabes cómo es esto). Eso sí, las reglas básicas no cambian mucho respecto a las de toda la vida. La diferencia es que ahora todo va digital. Ah, y ojo con la ley, que cada país tiene la suya. En la Unión Europea, por ejemplo, hay una directiva de 2014 que lo deja todo bastante clarito sobre cómo debe ser la contratación pública electrónica. No es que sea lectura de playa, pero hay que tenerla en cuenta. Para las empresas que quieren pillar contratos públicos, el cambio puede sonar a lío, pero en el fondo conviene. Hay más oportunidades de negocio, gastarás menos en papeleo y, si te organizas bien, todo va más rápido. Eso sí, no te lances a lo loco: aprende a usar la plataforma, haz algún cursillo (no te va a matar), ten los papeles en digital y asegúrate de que todo lo técnico y legal está en regla antes de mandar tu oferta. Que luego vienen los dramas. En fin, que la contratación pública electrónica no es solo modernidad por modernidad. Realmente puede facilitarle la vida tanto a los organismos públicos como a las empresas. Aunque, claro, tampoco es magia: toca cambiar el chip y formar a la gente para que no se pierdan. Si se hace bien, las ventajas son un win-win.

¿Cómo se resuelven los empates en la adjudicación?

Bueno, a ver. Cuando dos empresas quedan empatadas en una licitación pública —o sea, ofrecen lo mismo, cumplen todo y ni pa’ delante ni pa’ atrás—, empieza el verdadero show. Y, créeme, no hay un solo guion fijo: cada país tiene sus propias reglas, y a veces incluso cada ciudad se monta su película diferente. Es un caos bonito. Por lo general, los pliegos (esa montaña de documentos que casi nadie lee entera) ya traen de fábrica algún “plan B” para el desempate. ¿Qué puede ser? Pues desde puntos extra para empresas que promuevan la igualdad de género, que tengan historial limpio (o sea, no hayan dejado a nadie colgado), que sean ecológicas, o que simplemente tengan mejor reputación. A veces hasta premian a las que son más inclusivas. Todo muy de siglo XXI. Ahora, si todavía siguen empatadas porque, no sé, el universo quiere jugar con tu ansiedad, hay lugares —en la Unión Europea, por ejemplo— donde simplemente tiran por lo sano y hacen un sorteo. Literal, sacan un papelito de una urna. Pero ojo, que tiene que haber un notario o alguien con cara de serio mirando para que no haya trampa. En Estados Unidos, la cosa puede ir por otro lado: la ley federal dice, “¿Hay empate? Pues preferencia para las pequeñas empresas.” Está bien, ¿no? Un poco de Robin Hood en el mundo empresarial. ¿Mi consejo de oro? Léete los pliegos como si fueran el último capítulo de tu serie favorita. No te saltes ni una coma, porque ahí suelen esconder los criterios de desempate y cualquier truquito que te puede salvar. Y si la cosa se pone fea, búscate a un abogado o alguien que sepa del tema. Hay más reglas y tecnicismos aquí que en un partido de fútbol americano, así que mejor ir preparado. En resumen, no hay una fórmula mágica: depende de la ley, del organismo, del humor del funcionario de turno… Pero si te informas bien y tienes un experto a mano, puedes sobrevivir al proceso. Y quién sabe, igual hasta terminas ganando.

¿Qué es una oferta variante?

Vale, te lo explico sin tanto rollo formal. Una oferta variante (o alternativa, que es lo mismo) es básicamente cuando una empresa, en vez de limitarse a lo que pide el gobierno en una licitación pública, dice: “Oye, y si lo hacemos de otra manera, que igual sale mejor o más barato?”. No es que manden una propuesta aparte, sino que, junto a la oferta principal, meten esta especie de “plan B” que tiene que cumplir, sí o sí, con los requisitos mínimos del concurso. La gracia de todo esto es que las empresas pueden lucirse: proponen ideas nuevas, soluciones más chulas, o tecnologías distintas que probablemente ni se le habían ocurrido a los que escribieron el pliego. Eso, al final, ayuda a que el proceso sea menos aburrido y más competitivo, y a veces la administración acaba pillando algo mejor de lo que esperaba. Eso sí, ojo: no siempre te dejan presentar estas variantes. Depende de lo que ponga el pliego. Hay concursos donde sí, te dan vía libre, y otros donde ni sueñes con mandar algo diferente. Y si te dejan, las reglas tienen que estar claritas desde el principio—nada de improvisar sobre la marcha, que luego vienen los líos. Tema leyes, pues claro, hay que mirarlas. Cada país tiene su movida, aunque, por ejemplo, en la Unión Europea sí que está permitido (Directiva 2014/24/UE, por si te mola el rollo normativo), pero siempre cumpliendo ciertas condiciones. No es llegar y besar el santo. Un punto clave: la variante tiene que aportar algo de verdad. No basta con cambiar cuatro detalles para que parezca diferente. Si no cumple los mínimos o no mejora la cosa, ni te molestes, que la van a tirar a la basura. Otra cosa: preparar una variante suele ser un curro extra. La evaluación es más enredada que la de la oferta básica, así que conviene currárselo bien, explicarlo clarito y justificarlo todo, porque si no, ni se lo miran. Así que, resumiendo: las ofertas variantes pueden ser una carta buenísima para las empresas que van a concursos públicos, siempre que sepan las reglas del juego y presenten algo que realmente valga la pena. Si lo hacen bien, pueden hasta sorprender a la administración y llevarse el gato al agua. Pero no te saltes las normas, que aquí no hay margen para el despiste.

¿Qué es el recurso especial en contratación?

Bueno, vamos al grano: el recurso especial en contratación es básicamente el “botón de emergencia” que tienen las empresas cuando sienten que les están jugando chueco en una licitación pública. O sea, si ves algo raro en el proceso, ¡pam! Puedes meter este recurso y tratar de arreglar el lío antes de que te dejen fuera del reparto. Todo esto está regulado en la Ley de Contratos del Sector Público en España, rollo artículos 44 y siguientes, por si te apetece leer legalés. Ahora, no creas que puedes recurrir cualquier decisión solo porque sí. La ley es bien clarita: solo puedes protestar (formalmente, claro) cuando la decisión pone fin al proceso, cuando te adjudican (o no) el contrato, o si deciden echarse para atrás y cancelar todo. También puedes darle caña si alguna resolución afecta seriamente tus intereses o te deja fuera de juego antes de tiempo. El plazo para mover ficha no es eterno: tienes 15 días hábiles desde que te notifican la decisión. Y ojo, que en ciertos casos como contratos de acuerdo marco o sistemas de compra dinámica, solo tienes 10 días. Nada de dormirse en los laureles. Cuando presentas el recurso, todo el procedimiento se congela. Sí, como si le dieras al pause. Nadie puede seguir adelante hasta que el tribunal se pronuncie, y eso debería pasar en máximo un mes. Si te dan la razón, se borra la decisión y se retrocede el proceso para que lo hagan bien esta vez. En pocas palabras: el recurso especial es como el VAR de las licitaciones públicas. Sirve para que el partido sea justo y nadie meta goles con la mano. Si eres empresa y te mueves en estos temas, más te vale conocer cómo funciona este recurso y, si te pierdes entre tanta norma, búscate un buen asesor legal especializado, que te puede salvar de más de un marrón.

¿Cómo se publican las licitaciones?

Las licitaciones públicas, básicamente, son el “casting” del Estado para conseguir bienes o servicios sin caer en amiguismos raros. O sea, buscan lo mejor al mejor precio y sin trampa, ¿no? Es como cuando buscas vuelos baratos: miras en mil páginas y al final te quedas con el que te sale más a cuenta. Pues aquí lo mismo, pero con dinero público. ¿Dónde se publica todo este rollo? Fácil. Casi todo se mueve en plataformas de contratación electrónica. Son webs oficiales donde cuelgan las licitaciones y las empresas pueden cotillear y apuntarse si les interesa. Si eres una empresa y no tienes cuenta ahí, ni sueñes con participar, porque ni te enteras. Además, ahí es donde está la info más fresca y actualizada, así que nada de buscar en Google a ver si suena la flauta. Luego está el clásico: los Boletines Oficiales, tipo el BOE o el que toque según el país o la región. Son como los periódicos oficiales donde se publica todo lo legal, leyes, anuncios, y sí, las licitaciones también. Es obligatorio publicarlas ahí, aunque admitámoslo: poca gente lo lee por gusto, pero es lo que hay. A veces, cuando el contrato es enorme o muy llamativo, igual lo ves hasta en prensa o en algún medio grande. Pero eso ya es cuando la cosa es gordísima o quieren que se entere hasta el vecino del quinto. ¿El proceso? Pues mira, primero la entidad pública se curra los documentos: qué buscan, cómo lo quieren, requisitos, y toda esa burocracia que nadie se lee completa. Cuando lo tienen listo, lo suben a la plataforma electrónica de turno. Y ahí empieza la carrera: las empresas que quieran participar revisan los papeles, preparan su oferta y, si están registradas y tienen todos sus papeles en regla (que si certificados fiscales, laborales, hasta el carnet de la biblioteca si te descuidas), pueden presentar su propuesta. Ojo, el tiempo para presentar ofertas suele ser limitado. No es para siempre, eh. Por lo general, tienes unas semanitas y, si te cuelgas, te quedaste fuera. Y después, nada, a cruzar los dedos y esperar a ver si te eligen. En resumen: si eres empresa y quieres pillar algo del sector público, tienes que estar ojo avizor en las plataformas electrónicas y en los boletines oficiales. Llega preparado, porque la competencia es dura y el tiempo corre. Y sí, todo esto va de buscar transparencia y competencia real, aunque a veces la burocracia dé ganas de arrancarse los pelos. ¿Fácil? No mucho. ¿Importante? Un montón.

¿Qué es la cláusula de confidencialidad?

La famosa cláusula de confidencialidad, o el clásico NDA (por sus siglas en inglés, que suena siempre más cool), básicamente es ese pacto legal entre dos o más jugadores para no andar ventilando datos sensibles o secretos industriales, a veces demasiado jugosos, que se comparten entre ellos. Y sí, este rollo es pan de cada día en el mundo de las licitaciones públicas y los contratos del sector público. ¿Por qué? Porque sin algo así, cualquiera podría ir de bocón y filtrar estrategias, ideas, presupuestos… y adiós competencia justa. Imagínate el desastre. Sin una cláusula de confidencialidad en el contrato, las empresas estarían compitiendo en desigualdad, porque cualquiera podría hacer trampa con la info de otro. Eso sí, el NDA no es solo bla, bla, bla legal: obliga a todos los involucrados a mantener la boca cerrada, no usar esa información para fines raros, y solo compartirla con los que de verdad la necesitan para la licitación. Si alguien mete la pata y filtra algo, pues toca apechugar con las consecuencias. En los concursos públicos y en los contratos con la administración, estas cláusulas suelen estar súper reguladas. Ejemplo: la Ley de Contratos del Sector Público en España, o la Federal Acquisition Regulation en Estados Unidos. Moraleja: si vas a jugar en este terreno, mejor infórmate bien de las reglas del juego y, si puedes, pídele ayuda a un abogado para no meter la pata hasta el fondo. Ojo, que el NDA no es un escudo mágico. Las empresas también tienen que poner de su parte. ¿Cómo? Etiqueta bien lo que es confidencial, no sueltes más información de la estrictamente necesaria y lleva la cuenta de quién sabe qué. No te fíes ciegamente del papel firmado. En fin, que la cláusula de confidencialidad es como el candado básico para proteger información delicada en licitaciones públicas y contratos con la administración. Si vas a participar en esto, más vale que tengas claro lo que firmas y que cuides tu info como si fuera oro. Porque, sinceramente, nadie va a proteger tus secretos mejor que tú mismo.

¿Cuál es el plazo para presentar una oferta?

Bueno, el tema de los plazos para presentar ofertas en una licitación pública… vaya que puede ser un dolor de cabeza si no le pones atención. No hay una regla mágica que funcione para todos lados; todo depende del país, de qué tan enredado sea el contrato y, claro, del humor de la entidad que organiza la licitación. Normalmente, la entidad que lanza la licitación te dice clarito hasta cuándo tienes chance. A veces son solo unas semanas, otras veces te dan un par de meses, pero ojo: no confíes en que siempre será igual. Hay que leerse los documentos con lupa, porque el diablo está en los detalles, y perder una fecha por despistado… bueno, ya te imaginarás, quedas fuera sin piedad. Por ejemplo, en la Unión Europea, los genios de la burocracia suelen dar como mínimo 35 días para presentar ofertas en licitaciones abiertas —aunque si hay prisa (y justifican bien la urgencia), te lo pueden recortar a 15 días. En Estados Unidos, la cosa es un poco más vaga: la ley dice que el plazo tiene que ser “suficiente”, lo cual, francamente, suena a “te avisamos cuando veamos conveniente”. Nada de números mágicos. Lo que sí es seguro: preparar una oferta decente toma su tiempo. No es solo juntar papeles y listo; hay que investigar el mercado, armar bien la parte técnica, cuadrar los números, y a veces conseguir avales o seguros. O sea, si piensas dejar todo para el último minuto, mejor ni te metas. Apenas salga la licitación, ponte las pilas. Y no me canso de repetirlo: si te pasas de la fecha, perdiste. Las entidades ni siquiera te miran si llegas tarde, por más que llores o supliques. Son muy tajantes con eso. Así que, nada de confiarse; hay que tener todo listo antes de la hora límite para no quedarse afuera como un novato. En resumen: el plazo varía, depende del lugar y del tipo de contrato. Lee bien los documentos, no te duermas, y entrega todo a tiempo. Si no, ya sabes, no hay segunda vuelta.

¿Qué es el contrato de servicios?

Bueno, vamos a romperlo un poco y hablar claro. Un contrato de servicios básicamente es el pacto entre dos: el que ofrece el servicio (el “contratista”, vaya nombre formal) y el cliente, que en esto de las licitaciones suele ser el gobierno o alguna entidad pública. El rollo es simple: tú haces el trabajo, ellos te pagan—y ojalá te paguen a tiempo, que eso en el sector público a veces es otro tema. Estos contratos están por todas partes cuando el gobierno necesita algo que no puede (o no quiere) hacer con su propia gente. Puede ser de todo: desde asesoría legal para no meter la pata, gente que limpie los edificios, hasta soporte para los ordenadores que nunca funcionan bien. La variedad es infinita, porque si hay algo que le gusta al sector público es contratar a otros para que les resuelvan la vida. Ahora, la famosa LCSP (la Ley de Contratos del Sector Público, que suena a novela pero es más bien ladrillo legal) es la que pone las reglas. Lo clave aquí: lo importante es el servicio, no los bienes físicos. O sea, si lo tuyo es entregar cosas, eso es suministro, pero si lo que vendes es tu tiempo, tu coco o tus manos, ahí ya hablamos de servicios. El contrato tiene que dejar clarito qué servicio vas a dar, qué requisitos hay que cumplir, cuánto te van a pagar (ojalá lo suficiente para que valga la pena el papeleo) y cómo y cuándo te pagan. También te dicen cuánto dura el contrato y qué pasa si una de las partes se aburre o no cumple. Si eres empresa y quieres meterte en esto de las licitaciones, más te vale leerte bien los contratos. No es por asustar, pero hay letra pequeña, plazos que cumplir, requisitos de calidad y sanciones si te pasas de listo o entregas tarde. Vamos, que no es firmar y olvidarte. Por cierto, un detalle: el gobierno tiene que hacerlo todo “transparente, competitivo y sin discriminación”. En teoría, todos tienen las mismas oportunidades, y los contratos deberían darse siguiendo criterios justos. Ya sabes, en la práctica a veces hay polémica, pero así dice la ley. En fin, los contratos de servicios son el pan de cada día en la contratación pública. Si quieres entrar en ese juego, estudia bien cómo funcionan, prepara propuestas que destaquen y, sobre todo, cumple lo que firmes. Que luego vienen los marrones y nadie quiere acabar en la lista negra del ayuntamiento.

¿Qué es el precio unitario?

Mira, el precio unitario es el pan de cada día en las licitaciones públicas, no hay vuelta que darle. Básicamente, estamos hablando de cuánto te cuesta una sola pieza, servicio, o lo que sea que estés vendiendo al gobierno. Es el numerito que pones por cada unidad cuando mandas tu propuesta, el famoso “esto cuesta cada uno”, y créeme, puede hacer o deshacer tu oferta. ¿Por qué importa tanto? Porque la gente que recibe las propuestas va a comparar esos precios uno por uno; no se van a fijar sólo en el total, sino en cuánto estás cobrando por cada cosa. Es como cuando vas al súper y checas el precio por kilo, no sólo el precio del paquete. Si tu precio unitario está muy inflado, fuiste. Si es muy bajo, también te puedes ir despidiendo del negocio porque igual y terminas perdiendo plata. Y ojo, que esto no es una ciencia exacta. Los precios unitarios cambian un montón dependiendo de cómo esté el mercado, cuánto te cueste producir, si tienes algún as bajo la manga, o si simplemente te levantaste con ganas de ganar la licitación a toda costa. Por eso hay que pensarlo bien antes de mandar cualquier cifra: hacer cuentas, checar a la competencia, ver si subió el precio del cemento, la harina, el internet, lo que sea que uses. Todo influye. No falta el que piensa que poner el precio unitario más bajo es la movida ganadora, pero no siempre. Si bajas demasiado, capaz y ni te alcanza para pagar los materiales, y ahí sí que no hay vuelta atrás. Hay que buscar ese punto justo donde eres competitivo, pero no te vas a la quiebra. A veces, el mismo gobierno pone límites: “No te pases de tal precio, ni bajes de este otro.” Típico. Así que revisa bien las bases de la licitación antes de aventarte. En resumen, el precio unitario es clave, pero tampoco es un juego de niños. Si quieres tener chance en una licitación pública, tienes que entender bien cómo ponerlo, ni muy muy, ni tan tan. Hay que mirar tus propios números, lo que pasa afuera y lo que pide el que compra. Si no, mejor ni te molestes en participar, porque ahí sí, ni la suerte te salva.

¿Qué es un contrato patrocinado?

Un contrato patrocinado, o sea, un contrato de patrocinio de toda la vida, básicamente es un acuerdo donde una empresa (el patrocinador) le suelta recursos a otra (el patrocinado) a cambio de algo jugoso, casi siempre visibilidad para su marca o sus productos. Es como ese trato de “te ayudo, pero que se note que fui yo”. Cuando hablamos de licitaciones públicas, estos contratos suelen aparecer en proyectos grandes que cuestan una pasta. El gobierno o quien sea busca aliados privados para no cargar con todo el marrón, así que comparten gastos y riesgos. A cambio, la empresa patrocinadora puede pegar su logo por todas partes, sacar tajada explotando el proyecto, o incluso quedarse con parte de lo que se gane. No está nada mal, si lo piensas. Para las empresas, es una oportunidad tremenda porque pueden meterse en proyectos enormes sin dejarse los ahorros de toda la vida. Eso sí, también hay trampa: el patrocinado tiene que cumplir sí o sí lo que promete, o el patrocinador se le echa encima. No puedes ir por ahí firmando cosas y luego hacerte el loco, vaya. Por eso, el contrato tiene que estar bien atado. Nada de ambigüedades: derechos y deberes claritos, condiciones de pago, cuánto dura el chollo, qué pasa si alguien mete la pata… Lo típico, pero aquí más todavía porque hay mucha pasta y reputación en juego. En muchos países, la ley exige que estos contratos, si son en el sector público, se adjudiquen mediante licitación pública. O sea, hay que hacer todo a la vista para que nadie piense que hay chanchullos. Varias empresas presentan sus propuestas, la administración las revisa, y ya después decide quién se lleva el gato al agua. Total, que los contratos patrocinados pueden ser una mina para las empresas que saben moverse en licitaciones públicas: más visibilidad, posibles beneficios, y encima participan en proyectos importantes. Pero ojo, que no todo es color de rosa; hay riesgos y no puedes ir a lo loco. Mejor rodearse de abogados y gente que sepa de esto antes de lanzarse, porque un paso en falso y te puede salir caro.

¿Qué es una declaración responsable?

A ver, la declaración responsable… ese papel que parece sencillo pero que, en realidad, es como firmar un pacto con el diablo (vale, exagero, pero tú me entiendes). Básicamente, es un documento donde una empresa o un profesional dice “sí, cumplo todo lo que pedís para esta licitación, lo juro por Snoopy” y lo presenta ante la administración pública. Es una especie de declaración jurada, pero sin tanto papeleo de entrada. Tú pones tu firma, asumes que todo lo que dices es verdad, y listo… o eso parece. ¿Para qué sirve? Pues ahorra un montón de tiempo y dolores de cabeza. Antes, imagina que tenías que juntar tropecientos papeles, certificados, sellos, hasta un aval de tu abuela. Ahora, con este documento, simplemente declaras que cumples, y si el funcionario se pone quisquilloso, ya te pedirá luego los papeles de verdad. No te emociones tampoco, porque si mientes y te pillan, la broma puede salirte cara: te pueden largar de la licitación, multarte, o hasta meterte en líos legales serios. No es ninguna tontería. Este papelito se usa en varias fases. Al principio, para demostrar que tienes solvencia técnica y económica (vamos, que no eres un vendehumos). Y también mientras dura el contrato, para asegurar que no te echas a dormir y cumples tus obligaciones. Y sí, la ley se toma muy en serio que todo lo declarado sea cierto. Si te pillan en una mentira, olvídate de volver a presentarte a otra licitación en mucho tiempo. Por cierto, si te mueves en el mundillo SEO, “declaración responsable” es un término que la gente busca bastante, sobre todo empresas novatas en esto de las licitaciones públicas. Así que, si escribes sobre el tema, mete también variantes como “declaración jurada” o “autodeclaración”, que nunca sobran. En resumen: la declaración responsable te hace la vida más fácil cuando te presentas a una licitación, pero ojo, hay que andarse con cuidado y no mentir, porque la administración no es tonta y puede pedirte los papeles en cualquier momento. Mejor que tengas todo en regla y, si te lías, busca asesoría legal antes de firmar nada. No vaya a ser que la jugada te salga rana.

¿Qué es un acuerdo marco?

Mira, un acuerdo marco básicamente es como ese amigo que te ayuda a organizar todo para una fiesta, pero sin tener que decidir cada detalle de una vez. Es un tipo de contrato que usan mucho en la contratación pública para hacer la vida menos complicada, tanto para las instituciones como para las empresas que quieren venderles cosas o servicios. En vez de estar armando un concurso nuevo cada vez que necesitan comprar papel o contratar un servicio de limpieza, firman este acuerdo general con uno o varios proveedores. Así ya tienen las reglas claras y pueden ir cerrando compras específicas más rápido durante un tiempo determinado. ¿Ventajas? Un montón, la verdad. Para las entidades públicas, les ahorra un montón de papeleo y horas de trabajo. No tienen que repetir el mismo proceso aburrido cada vez que quieren comprar algo. Y encima, si cambian de idea sobre lo que necesitan, el acuerdo marco da bastante margen para adaptarse. Nada mal. Para las empresas, la cosa también tiene su gracia. Entrar en un acuerdo marco es casi como tener un pase VIP para competir por varios contratos durante cierto tiempo. No te garantiza ventas, ojo, pero sí te abre más puertas de las habituales. Puedes ir peleando por mini-contratos dentro de ese marco y, con suerte, te va bien. Eso sí, no te confundas: un acuerdo marco no es que ya te están comprando algo. Solo están diciendo, “Mira, si necesitamos algo, estos son los que pueden ofrecérnoslo y bajo estas condiciones”. Luego, si sale una necesidad concreta, habrá otra competencia (o a veces te lo dan directo si eres el único proveedor seleccionado). O sea, es como estar en la lista de invitados, pero todavía tienes que ganarte el lugar en la pista de baile. Todo este rollo está muy regulado por leyes, como la Directiva 2014/24/UE en la Unión Europea. Básicamente, ponen las reglas para que todo sea transparente y nadie haga trampa. Si te interesa meterte en estos líos de licitaciones públicas, lo mejor es que busques a alguien que sepa. Porque las normas no son precisamente sencillas y un error puede dejarte fuera de juego. En resumen: los acuerdos marco son súper útiles, pero hay que saber jugar bien para sacarles provecho. Y si eres nuevo en esto, mejor pídele ayuda a alguien que ya haya pasado por ahí. Porque aquí no hay segundas oportunidades si metes la pata.

¿Qué es el Informe de Evaluación?

Mira, el Informe de Evaluación es básicamente el corazón (o el dolor de cabeza, depende a quién le preguntes) de todo el rollo de la licitación pública. Es ese documento que el comité de evaluación arma después de revisar todas las propuestas que llegan para un contrato público. O sea, no es una simple lista con palomitas, sino un análisis de verdad, con pelos y señales, donde se desmenuza cada propuesta según lo que piden en la licitación. Y sí, los criterios ahí no se los inventan sobre la marcha. Vienen desde el principio: que si la experiencia del proveedor, que si la calidad técnica, que si el precio, la sostenibilidad… en fin, todo el combo. Lo chido (o lo complicado) es que el informe no solo te dice quién queda en primer lugar, sino que te explica por qué, con argumentos y todo el rollo. ¿Para qué sirve todo esto? Pues para que nadie venga después a decir que hubo mano negra, o que el proceso fue una pachanga. Al dejar por escrito cada decisión y su razón de ser, se cubren las espaldas si alguien reclama o si llega una auditoría (que, créeme, pasa más seguido de lo que uno quisiera). Además, ese informe no se va directo al archivo muerto. Sirve como bitácora para futuras licitaciones. Ahí puedes ver qué salió mal, qué fue un desastre, qué funcionó, y hasta echarle un ojo a cómo se mueve la competencia. Es información de oro para quien sabe leer entre líneas. Para las empresas, el Informe de Evaluación es casi como la boleta de calificaciones. ¿Perdiste? Ahí puedes ver dónde la regaste y qué mejorar para la próxima. ¿Ganaste? Pues igual, ve qué te dio el gane y no lo sueltes. En resumen, el Informe de Evaluación no es solo un requisito engorroso, es clave para que el proceso sea limpio y parejo. Si entiendes cómo va la cosa y le pones atención, puedes mejorar mucho tus chances la próxima vez. Y ojo, porque esto no es opcional en la mayoría de los países. Es una obligación legal, así que si vas a jugar en el mundo de las licitaciones públicas, más vale que te familiarices con estos informes y no te agarren en curva cuando te los pidan o los usen para decidir si sí o si no te toca el contrato.

Perguntas Frequentes

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O que é um concurso público?
Um concurso público, em poucas palavras, é como o elenco gigante do setor público, onde o governo (ou quem toca) procura quem vende coisas, fornece se...
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Apresentação de Ofertas
O que acontece se o representante do signatário não for credenciado corretamente?
Olha, a questão de credenciar bem que assina um concurso público não é um absurdo. É como o passe VIP para entrar na festa: se você não a tiver bem, f...
Apresentação de Ofertas
A falta de índice ou paginação pode ser a causa da exclusão?
Vamos ver, no mundo das propostas públicas e todo esse rolo de contratos com o governo, há algo que nunca falha: os detalhes são importantes e muito m...
Retificação
Como corrigir uma oferta apresentada fora?
Na questão das propostas públicas e todo o rolo de contratação com a administração, a questão dos prazos é basicamente sagrada. As pessoas perguntam m...
Retificação
O que acontece se uma incongruência entre a oferta técnica e econômica for detectada?
Quando uma empresa coloca a perna e apresenta uma oferta técnica que não se encaixa na oferta econômica em um concurso público, as dores de cabeça com...
Apresentação de Ofertas
Que requisitos técnicos deveriam uma oferta na sede eletrônica?
Apresente uma oferta em um concurso público para a sede eletrônica ... bem, parece simples, mas olho, porque tem seus truques. Não é apenas enviar um ...
Apresentação de Ofertas
O que fazer se a plataforma eletrônica falhar durante a apresentação?
Aumentar propostas para propostas públicas por plataformas eletrônicas ... bem, em teoria é a melhor coisa que aconteceu conosco (menos papéis, menos ...
Apresentação de Ofertas
O que é deuc e quando é obrigatório?
Ok, vamos ao ponto. O documento de contratação europeu único, ou Deuc for Friends, é basicamente a chave mestre quando você deseja entrar no mundo das...
Conceitos Básicos
Quantas vezes uma morte errônea pode estar correta?
Ok, aqui está uma versão com mais garra e menos rolo oficial: O único documento de contratação europeu, ou Deuc, para amigos, é basicamente o papel qu...
Retificação
Quais plataformas usam diferentes órgãos públicos na Espanha?
Bem, vamos ao grão: na Espanha, se você quiser pegar um contrato público, precisa passar por várias plataformas que, sinceramente, podem ser uma bagun...
Apresentação de Ofertas
É necessário receber alta como fornecedor em cada plataforma?
Vamos ver, o rolo de propostas públicas ... se você tem uma empresa e está interessado em capturar contratos com o governo ou uma entidade pública, vo...
Apresentação de Ofertas
Como assinar digitalmente todos os documentos necessários?
Ok, olhe, todo esse rolo de assinatura digitalmente de documentos para propostas públicas não é tão complicada quanto parece, mas tem sua migalha. Pri...
Conceitos Básicos
Uma oferta pode ser apresentada de fora da Espanha?
Obviamente, uma empresa estrangeira pode entrar em uma proposta pública na Espanha, sem problemas. A União Europeia vai muito seriamente com a de livr...
Apresentação de Ofertas
A oferta pode ser apresentada em nome de terceiros?
Veja, no rolo de propostas públicas, as pessoas sempre perguntam se é possível fazer uma oferta sobre o nome de outra. E, honestamente, a resposta não...
Apresentação de Ofertas
Como uma apresentação é feita em um acabamento?
A famosa "Apresentação em Over Overning" ... que invenção, certo? Basicamente, em vez de caminhar mil envelopes e papéis separadamente (como se tivess...
Apresentação de Ofertas
O que são critérios automáticos e subjetivos?
Ok, vamos colocar um pouco de vida a esse texto, porque, honestamente, parece retirado de um manual de instruções. Veja, quando você chegar ao mundo d...
Critérios de Avaliação
Que margem a tabela de contratação tem para interpretar os critérios?
A tabela de contratação é como o árbitro estranho da proposta pública: está lá para revisar as ofertas e decidir quem pega o contrato, mas não pode fa...
Critérios de Avaliação
Quais requisitos devem ter uma oferta técnica para ser válida?
Ok, aqui está uma versão com um pouco mais de faísca e menos rolo manual: Uma oferta técnica que realmente vale em um concurso público não é apenas mu...
Apresentação de Ofertas
Qual é a diferença entre melhorias e critérios de qualidade?
Ok, vamos colocar um pouco de faísca e menos formalismo nisso: Veja, no mundo das propostas públicas - esse universo cheio de papéis, prazos impossíve...
Critérios de Avaliação
Como o uso de meios próprios afeta a pontuação?
Olha, nessas propostas públicas, ter seus próprios meios é como chegar a uma festa com seu próprio DJ, luzes e bar aberto: todo mundo olha para você d...
Critérios de Avaliação
O que acontece se uma melhoria não for planejada nas especificações?
Bem, estamos indo para o grão: as especificações em um concurso público são como o manual de instruções para construir um mobiliário da IKEA, mas com ...
Conceitos Básicos
Como evitar pontuações arbitrárias em critérios subjetivos?
Concurso público, que questão complicada, mas crucial. Em teoria, deve ser o caminho mais limpo para o Estado contratar serviços ou comprar coisas, ma...
Critérios de Avaliação
O que implica o melhor valor pelo dinheiro?
O do "melhor valor pelo dinheiro" é o mantra típico no mundo das propostas públicas. Não é apenas procurar o mais barato, ou Coña. Trata -se mais de p...
Critérios de Avaliação
Que limites têm critérios sociais e ambientais?
Ok, vamos colocar uma pequena faísca nisso, porque, honestamente, o texto original parece escrito por um robô com insônia. Lá está você, versão humana...
Critérios de Avaliação
O que significa amarrar a pontuação total do concurso?
Quando duas ou mais empresas assumem exatamente a mesma pontuação em um concurso público, estamos basicamente enfrentando um tipo de "foto" de negócio...
Critérios de Avaliação
Quando uma oferta anormalmente baixa é considerada?
Ok, aqui está o texto com um toque muito mais humano e menos robô legalista: Veja, o rolo "Oferta anormalmente baixa" é basicamente isso: alguém chega...
Apresentação de Ofertas
Como justificar um declínio imprudente corretamente?
Justifique um declínio imprudente em um concurso público ... UFF, isso não é nada. Você tem que conter bem, porque aqueles que verificam essas ofertas...
Ofertas Temerárias
O que acontece se a justificativa do declínio não for aceita?
Ok, aqui está minha versão com um rolo mais humano e menos monótono: Uma pergunta que sempre flutua no ar quando as empresas entram no mundo louco de ...
Ofertas Temerárias
Uma licença imprudente pode melhorar a pontuação?
O famoso "imprudente" - esse termo que soa como um filme de ação, mas, na realidade, é o inimigo público número um em propostas. Basicamente, é quando...
Critérios de Avaliação
Que riscos você precisa apresentar uma oferta excessivamente baixa?
Colocando uma oferta ridiculamente baixa em um concurso público ... Olha, pode parecer tentador no início, role "eh, certamente vencemos porque ningué...
Apresentação de Ofertas
Uma diminuição com a inovação tecnológica pode ser justificada?
Quando se trata de propostas públicas, colocar a inovação tecnológica em sua proposta pode ser a AS na manga para justificar por que você oferece preç...
Ofertas Temerárias
Quantas vezes o esclarecimento de um declínio pode ser solicitado?
Veja, no rolo de propostas públicas, os esclarecimentos não são apenas um procedimento chato: eles são a diferença entre colocar a perna e apresentar ...
Ofertas Temerárias
O que acontece se todas as ofertas são baixas?
Vamos ver, no mundo das propostas públicas, às vezes acontece que todas as ofertas chegam e ... são surpreendentemente baixas. Como se os participante...
Apresentação de Ofertas
Como o limiar imprudente é calculado?
Vamos ver, o tema do limiar imprudente em propostas públicas ... soa como uma palavra técnica, mas, na realidade, se sua empresa quiser entrar nessas ...
Conceitos Básicos
Você pode me excluir com um requisito baixo?
Quando alguém entra no mundo louco de propostas públicas, o tema de "licença imprudente" é aquele fantasma que todo mundo sabe. Basicamente, falamos s...
Ofertas Temerárias
Uma folha pode ser desafiada antes de apresentar a oferta?
Obviamente, as especificações podem ser desafiadas antes de apresentar uma oferta em uma proposta pública. E sim, é mais comum do que se poderia pensa...
Apresentação de Ofertas
Que razões são válidas para desafiar uma folha?
Deseja desafiar as especificações em um concurso público? Sim, é totalmente o seu direito como empresa. Não é apenas uma formalidade chata: se você vê...
Recursos e Impugnações
Quando um recurso de contratação especial prossegue?
Bem, olhe, o apelo especial para a contratação - a invenção que eles colocam no direito contratual do setor público - basicamente como o "Hey Button, ...
Recursos e Impugnações
Quanto tempo leva um recurso especial?
UF, a questão dos recursos especiais em compras públicas ... vá bagunça. Veja, o processo para resolver um desses recursos pode ser uma montanha -russ...
Recursos e Impugnações
Que consequências um recurso deve ser estimado?
UF, a questão dos recursos especiais em compras públicas ... vá bagunça. Veja, o processo para resolver um desses recursos pode ser uma montanha -russ...
Recursos e Impugnações
O procedimento pode ser seguido enquanto o recurso é resolvido?
Ok, vamos falar claramente: a questão de saber se uma proposta pública continua enquanto existe um recurso pendente pode parecer um rolo legal, mas te...
Recursos e Impugnações
O que acontece se o apelo ocorrer sem tempo?
Olha, no mundo das propostas públicas, não cumprir os prazos, é como enfiar um tiro no pé. Ou seja, se você está atrasado com um recurso, você basicam...
Recursos e Impugnações
Um prêmio por critérios subjetivos mal aplicados pode ser desafiado?
Você quer desafiar um prêmio porque acha que eles aplicaram muito os felizes critérios subjetivos? Se possível. Mas tenha cuidado, não é tão fácil qua...
Critérios de Avaliação
Quais documentos devem ser contribuídos com o recurso?
Quando você entra no mundo das propostas públicas, mais cedo ou mais tarde você pode tocá -lo para apresentar um recurso. O que você carrega debaixo d...
Recursos e Impugnações
Qual agência resolve os recursos em concurso estatal?
Vamos ver, quando uma empresa entra na lavagem de uma proposta pública na Espanha, mais cedo ou mais tarde pode pular alguma raiva com o prêmio. Você ...
Recursos e Impugnações
O que acontece depois de ser premiado?
Ganhe um concurso público ... parece ótimo, certo? Mas, sério, isso é apenas o começo do jogo. Depois que eles dão a você a aprovação, é hora de coloc...
Conceitos Básicos
Quando o contrato é assinado e em que período?
A assinatura do contrato em um concurso público ... vá, esse é o momento da verdade, certo? Depois de toda a papelada, competição e estresse, é como c...
Execução de Contratos
Qual é a garantia final e quando é devolvido?
A garantia final, para colocá -lo sem tanto rolo, é o cadeado financeiro que eles colocam em contratos públicos. Imagine que o governo deseja contratá...
Execução de Contratos
O que acontece se o governo atrasar a assinatura do contrato?
A garantia final, para colocá -lo sem tanto rolo, é o cadeado financeiro que eles colocam em contratos públicos. Imagine que o governo deseja contratá...
Execução de Contratos
O contrato pode ser modificado após ser concedido?
Esta questão de se você pode ou não alterar um contrato depois de receber uma concurso público ... Uau, é uma pergunta que sai a cada dois por três. E...
Execução de Contratos
O que implica uma modificação não substancial do contrato?
Bem, veja, quando falamos sobre uma "modificação não substancial" em um contrato público, estamos basicamente dizendo que o acordo original pode ser t...
Execução de Contratos
Como as extensões contratuais são justificadas?
As extensões em contratos de licitação pública ... que tópico. No final, é basicamente esticar o termo original porque, às vezes, a vida (e os projeto...
Conceitos Básicos
Que consequências não iniciam a execução no tempo?
Quando uma empresa é mandatada para não iniciar um contrato público a tempo ... UFF, a noite está chegando. Não é apenas que a entidade pública seja i...
Execução de Contratos
Que tipo de penalidade a administração pode impor?
Vamos dizer isso sem tanto retorno: as penalidades em propostas públicas são o bastão que o governo tem manualmente para que as empresas não passem da...
Licitações Internacionais
Como você fatura e cobra em um contrato público?
UF, a questão de cobrança e cobrança de contratos públicos ... não é precisamente uma caminhada pelo parque, hein? Cada país tem sua própria selva de ...
Execução de Contratos
O que é um ute e como é constituído?
O famoso UTE, ou união temporária da empresa, é basicamente o truque legal para várias empresas se encontrarem - mas apenas por um tempo - com o objet...
Agrupamentos UTE
Que responsabilidades cada membro de um ute tem?
Ok, vamos deixar claro e sem tanto rolo formal, ok? Um UTE (ou seja, sindicato temporário de empresas) é basicamente quando duas ou mais empresas deci...
Agrupamentos UTE
A composição de um UTE pode ser modificada após o contrato concedido?
UF, esse tópico dos Utes e suas mudanças de membros depois de pegar um contrato ... muitas vezes bagunça legal, a verdade. A lei dos contratos público...
Execução de Contratos
Posso usar mídia externa sem ser ute?
Obviamente, uma empresa pode puxar mídia externa sem ser um Ute. Ou seja, não é necessário estabelecer uma união temporária de empresas para procurar ...
Agrupamentos UTE
Uma empresa pode participar de dois utes diferentes da mesma proposta?
Um Ute, para que nos entendamos, é basicamente quando várias empresas decidem se reunir (como se fossem os Vingadores, mas na versão do escritório) pa...
Agrupamentos UTE
O que acontece se um dos membros da UTE não cumprir?
Quando um dos membros coloca a perna em um ute (sim, os sindicatos temporários de empresas que são montadas para capturar contratos suculentos, especi...
Agrupamentos UTE
Que documentação cada membro de um UTE deve contribuir?
OK, vamos colocar um pouco de vida a isso, porque a explicação oficial é mais densa do que uma tarde de domingo sem wifi. Uma união de empresas, ou te...
Retificação
Uma empresa pode usar a mídia de outra do mesmo grupo?
Bem, veja, a questão de que uma empresa usa os recursos de outro do mesmo grupo para entrar em um concurso público ... que não é tão estranho, mas não...
Licitações Internacionais
Que limitações são para empresas vinculadas entre si?
Tudo bem, vamos cortar o Mumbo-Jumbo legal e ficar real por um segundo. Quando as empresas que são meio "relacionadas" - como irmãs em uma reunião fam...
Conceitos Básicos
É obrigatório que todos os membros da Ute cumprem a solvência?
Ok, vamos colocar um pouco de vida nisso: Um sindicato de empresas, ou sindicatos temporários, é basicamente quando várias empresas decidem participar...
Solvência
Como participar de propostas da UE (TED)?
Colocar no mundo das propostas públicas da União Europeia pode parecer uma dor de cabeça, mas acredite, se você se sair bem, ele tem um prêmio de gord...
Licitações Internacionais
Quais requisitos são comuns em contratos europeus?
Bem, vamos falar seriamente: entrar no mundo das compras públicas na Europa não são crianças. Há mais papelada e requisitos do que em uma reunião de b...
Execução de Contratos
Como certificar a experiência no exterior?
Veja, certifique a experiência no exterior ... não é apenas um procedimento chato de papéis, acredite em mim. Para as empresas que desejam entrar no m...
Solvência
Que diferenças existem entre propostas nacionais e internacionais?
Vamos ao grão: quando falamos sobre propostas públicas, existem basicamente dois tipos que enviam - nacional e internacional. E sim, existem dois mund...
Licitações Internacionais
Quais organismos multilaterais publicam propostas?
Bem, vamos ao grão: organismos multilaterais, aqueles gigantescos clubes internacionais onde muitos países se reúnem para tentar consertar o mundo (ou...
Conceitos Básicos
O que é Prag e como isso afeta as propostas européias?
O Prag, ou seja, o guia prático para os procedimentos de contratação da União Europeia, é basicamente o manual de instruções que você precisa saber si...
Conceitos Básicos
Que implicações você tem concurso em países fora da UE?
Entre no mundo das propostas públicas fora da UE ... que aventura. Sim, pode parecer tesouros escondidos, mas não é uma caminhada no parque. Existem o...
Licitações Internacionais
Que garantias são necessárias em contratos de organizações internacionais?
OK, vamos falar claramente: as garantias em contratos com organizações internacionais são como essas redes de segurança no circo - ninguém quer cair, ...
Execução de Contratos
Como adaptar uma oferta técnica aos padrões europeus?
Veja, adapte uma oferta técnica aos padrões europeus ... não é muco de peru. Há muito mais do que simplesmente traduzir o documento e cruzar os dedos....
Apresentação de Ofertas
Os consórcios internacionais sem sede na Espanha podem ocorrer?
Obviamente, consórcios internacionais sem sede na Espanha podem ser lançados para a aventura de apresentar propostas públicas aqui. Não é necessário t...
Agrupamentos UTE
Como decidir o que as propostas de apresentar?
Entrar no mundo das propostas públicas é, basicamente, como se inscrever em um elenco gigante, onde o prêmio é trabalhar para o governo (ou seja, não ...
Conceitos Básicos
Quais indicadores permitem medir o sucesso nas propostas?
Meça se você se sair bem ou mal em propostas públicas ... Uau, não é fácil. Existem mil coisas em jogo e cada processo é um mundo. Agora, se você real...
Estratégia de Sucesso
Como melhorar minha taxa de prêmio?
Se uma empresa deseja capturar mais contratos públicos, você deve colocar as baterias com a taxa de prêmio. Não é opcional, é básico. Mas bem, isso va...
Execução de Contratos
Quais são os erros mais frequentes em propostas complexas?
UF, propostas públicas ... às vezes eles parecem mais uma maratona de obstáculos do que um processo de negócios, certo? Eles dizem que você se prepara...
Retificação
Quais ferramentas digitais ajudam a gerenciar ofertas?
Gerenciar ofertas em propostas públicas ... UFF, isso é uma arte. Não é apenas enviar papéis e agora você deve ser meio ninja: precisão, velocidade e ...
Apresentação de Ofertas
Como organizar uma equipe técnica para oferecer?
Monte uma equipe técnica para entrar na selva de propostas públicas ... Uau, é quase uma arte. Não é apenas reunir pessoas com belos títulos e esperar...
Conceitos Básicos
Qual o papel de um consultor externo no processo de licitação?
Olha, a questão dos consultores externos em propostas públicas ... não é uma coisa pequena. Basicamente, eles são os que ajudam você a não colocar a p...
Estratégia de Sucesso
Como antecipar chamadas futuras?
Se você deseja ter alguma oportunidade nessas propostas públicas, é melhor não pegar o touro. Você tem que se mover antes que a chamada seja lançada, ...
Conceitos Básicos
Quando deve rejeitar um prêmio?
UF, rejeite um prêmio de um concurso público ... que marrom, certo? Todo mundo diz que ganhar propostas é o sonho de qualquer empresa, mas às vezes ac...
Execução de Contratos
Que lei regula as compras públicas na Espanha?
Bem, aqui está a explicação sem tanto rolo acadêmico: Na Espanha, o rolo de compras públicas é enviado pela Lei 9/2017, o famoso direito contratual do...
Conceitos Básicos
O que é o LCSP (Lei do Contrato do Setor Público)?
Bem, o Direito do Contrato do Setor Público (LCSP), para que nos entendamos, é o manual de instrução que as administrações públicas espanholas precisa...
Execução de Contratos
Quais regulamentos complementam o LCSP?
Vamos lá, que a Lei do Contrato do Setor Público (o famoso LCSP) é o epicentro de todo o rolo de compras públicas na Espanha. Mas tenha cuidado, que a...
Conceitos Básicos
Qual é a diferença entre contrato administrativo e contrato privado no setor público?
Vamos ver, quando o setor público quiser comprar coisas, contratar serviços ou criar um trabalho, ele tem duas cartas sob a manga: o contrato administ...
Execução de Contratos
Quais regulamentos europeus se aplicam a propostas espanholas?
UF, a questão dos regulamentos europeus em propostas públicas na Espanha ... não é precisamente um romance de mistério, mas tem seus emaranhados. Basi...
Conceitos Básicos
O que é o Tribunal Administrativo Central de Recursos Contratantes (TACRC)?
O Tribunal Administrativo Central de Recursos Contratantes - TACRC for Friends - é aquela agência espanhola que monitora que ninguém trapaceia em comp...
Recursos e Impugnações
Qual o papel do Conselho de Compras Públicas?
Veja, o Conselho Consultivo de Compras Públicas não é nenhum ornamento burocrático, hein. É essa entidade que coloca a mão em todo o rolo de propostas...
Conceitos Básicos
Quais são os princípios orientadores de compras públicas?
Vamos ver, falar sobre os princípios orientadores de compras públicas é entrar em um campo onde todos os roubam que são super justos e transparentes ....
Conceitos Básicos
Quais são as mais recentes reformas do LCSP?
Ok, vamos dar um "manual de instruções menos humano e menos" A Lei do Contrato do Setor Público, ou LCSP for Friends, é o que envia durante todo o rol...
Conceitos Básicos
Que obrigações têm os poderes concedidos?
Ok, vamos para o grão e sem tanto rodeio formal, ok? Olha, os poderes concedidos, ou seja, basicamente instituições públicas que estabelecem concursos...
Conceitos Básicos
Como é planejada uma proposta do setor público?
Planeje um concurso público ... uff, isso não é nada. As entidades públicas não podem improvisar aqui, realmente. Tudo é super meticuloso, regulamenta...
Conceitos Básicos
O que é um arquivo de contratação?
Vamos ver, um arquivo de contratação ... o que é? Basicamente, é o pacote de papéis (ou PDFs, porque ninguém imprime nada) que você precisa para entra...
Conceitos Básicos
Quem aprova o início do arquivo?
UF, a questão das propostas públicas ... não é exatamente a conversa da estrela em uma festa, mas tem sua migalha. Olha, tudo começa com o rolo do "in...
Licitações Internacionais
O que é um relatório de justificativa?
O famoso relatório de justificativa ... sim, aquele documento que parece que ninguém quer fazer, mas sem ele não move um alfinete em compras públicas....
Conceitos Básicos
Que informações um contrato de tipo deve conter?
Bem, veja, um contrato de tipo é basicamente o artigo legal onde fica claro como está indo o rolo: quem dá o que, a quem, sob quais condições e sob qu...
Execução de Contratos
Qual é a aprovação dos gastos?
O rolo de passar a despesa é basicamente a pistola de saída em toda a bagunça de compras e propostas públicas. Antes de alguém firmar alguma coisa ou ...
Conceitos Básicos
Qual o papel da intervenção em um contrato público?
Olha, a intervenção em um contrato público não é nada, hein? É assim que o árbitro que ninguém quer, mas todo mundo precisa quando o jogo fica intenso...
Execução de Contratos
Quando é necessário um relatório legal anterior?
Veja, na questão dos propostas públicas e toda essa história de contratação com o setor público, o famoso "relatório jurídico anterior" não é apenas u...
Conceitos Básicos
O que é uma proposta de adjudicação?
Bem, veja, uma proposta de adjudicação é basicamente o documento que uma empresa ou alguém armas para competir em um concurso público, ou seja, quando...
Execução de Contratos
Qual documentação forma o arquivo completo?
Bem, o arquivo de lances, para não dar mais rodadas, é basicamente a "combinação completa" de trabalhos que devem ser coletados quando alguém quiser o...
Retificação
Como o controle financeiro de um contrato público é realizado?
Bem, olhe, o rolo de controle financeiro em um contrato público é basicamente garantir que a pasta de todos (sim, a nossa) não perca por lá em coisas ...
Execução de Contratos
Qual é a inspeção anterior?
Vamos ver, a inspeção anterior basicamente é que verifique se a administração faz antes que qualquer contrato público seja assinado. Não é apenas se p...
Conceitos Básicos
Quem pode auditar um contrato público?
UF, o mundo dos contratos públicos ... que berinjela! Aqui, a auditoria é como o amigo Metiche de que tudo deseja revisar, mas, neste caso, é por um b...
Execução de Contratos
O que é uma inspeção contratual de execução?
Bem, vamos ver, a famosa inspeção contratual de execução ... se você já esteve envolvido em rolos de propostas públicas ou contratos com o governo, ce...
Execução de Contratos
O que é o controle de conformidade do prazo?
Vamos ver, o rolo de controlar os prazos em contratos públicos não é luxo, é absolutamente vital. Basicamente, falamos sobre estar no topo de cada tar...
Conceitos Básicos
O que acontece se as violações forem detectadas durante a execução?
A execução de um contrato público de licitação ... que é como pisar no acelerador em uma estrada cheia de buracos. As empresas precisam cumprir o que ...
Execução de Contratos
Que tipos de penalidades são aplicados por atrasos?
UF, atrasos em contratos públicos ... vá pesadelo para qualquer empresa que chegue ao mundo das propostas. Não é apenas que você parece ruim, isso pod...
Conceitos Básicos
Como uma incidência contratual é documentada?
Veja, documentar uma incidência em um concurso público não é exatamente o plano mais engraçado de ninguém, mas se você pular esta etapa, os dramas e o...
Conceitos Básicos
Que controles o Tribunal de Contas?
Vamos ver, o Tribunal de Contas, basicamente, é como aquele amigo meticuloso que analisa os últimos detalhes quando você organiza uma parte ... mas, e...
Licitações Internacionais
O que é rastreabilidade documental na contratação?
Ok, vamos colocar um pouco mais de sabor humano a isso: Vamos ver, a rastreabilidade do documentário em compras públicas parece super técnico, mas, na...
Conceitos Básicos
O que é a plataforma de contratação do setor público (Placsp)?
A plataforma de contratação do setor público (Placsp, para amigos) é como o Tinder de empresas e a administração pública na Espanha. Tudo sobre as pro...
Apresentação de Ofertas
Como se registrar no Placsp?
Ok, vamos ao ponto. Se você possui uma empresa e deseja capturar contratos públicos na Espanha, a plataforma de contratação do setor público (Placsp) ...
Conceitos Básicos
Qual é o perfil do contratado?
Ok, vamos colocar uma pequena faísca nisso, porque o texto original parece retirado de um manual chato da administração pública. Veja, o famoso "perfi...
Conceitos Básicos
Como as propostas eletrônicas funcionam?
Ok, vamos colocar uma pequena faísca em todo esse rolo de propostas eletrônicas, porque, vamos ser honestos, o texto original está bom para adormecer....
Apresentação de Ofertas
Qual é o serviço de alerta de concurso?
Veja, se sua empresa quiser entrar no jogo de propostas públicas, você precisa de um serviço de alerta de propostas sim ou sim. Não é um luxo, é quase...
Conceitos Básicos
Quais ferramentas existem para procurar contratos públicos?
Procurando contratos públicos ... UFF, não vou mentir para você, às vezes parece uma missão impossível. Mas, ei, existem muitas plataformas e trocitos...
Execução de Contratos
Quais plataformas as comunidades autônomas usam?
Ok, aqui está uma versão muito mais humana, com seu próprio rolo e removendo esse tom de tom de instrução: Na Espanha, cada comunidade autônoma vai pa...
Apresentação de Ofertas
Que diferenças existem entre o Placsp e as propostas regionais?
O mundo das propostas públicas na Espanha ... bem, é como entrar em um labirinto com regras que mudam de acordo com onde você pisa. Por um lado, é a f...
Conceitos Básicos
Você pode automatizar a apresentação de ofertas?
Veja, automatize todo o rolo para apresentar ofertas para propostas públicas está na moda e não é por menos. As empresas procuram arranhar cada minuto...
Apresentação de Ofertas
Como assinar digitalmente com o certificado FNMT?
Assine digitalmente usando o certificado FNMT ... soa para o processo de chato, mas se sua empresa quiser entrar em propostas públicas na Espanha, não...
Solvência
O que são cláusulas sociais em contratos públicos?
Vamos ver, as famosas cláusulas sociais em contratos públicos ... basicamente, eles são como as regras extras que os órgãos públicos colocam ao procur...
Execução de Contratos
O que são contratos reservados?
Vamos ver, contratos reservados não são nada dentro de compras públicas. Eles são basicamente destinados a empresas de economia social e aquelas que e...
Execução de Contratos
Quais contratos podem ser exclusivos para centros de emprego especiais?
Ok, vamos lavar -lhe uma lavagem para esse texto, removendo o rolo manual e colocando um pouco mais de faísca: Os contratos exclusivos para centros de...
Execução de Contratos
Como os critérios ambientais se integram em propostas?
Coloque os critérios ambientais para propostas públicas ... Olha, não é apenas uma maneira ecológica que fica bem no currículo de administrações. É qu...
Critérios de Avaliação
O que implica compras públicas verdes?
A "contratação pública verde", ou GPP, se você estiver fazendo mais o rolo internacional, basicamente é a tentativa que as compras do governo não são ...
Conceitos Básicos
Que medidas de igualdade podem ser incluídas em um concurso?
As propostas públicas são basicamente a porta de entrada para obter contratos com o governo. Se você deseja vender algo para o estado, precisa ir para...
Licitações Internacionais
O que é contratação estratégica?
A contratação estratégica, aparência, não está apenas comprando o governo. É como jogar xadrez com o orçamento público: você precisa pensar em várias ...
Conceitos Básicos
Qual o papel da economia circular em contratos públicos?
A economia circular, honestamente, é como aquele amigo pronto que sempre encontra uma segunda vida para tudo o que você tem em casa. Quando falamos so...
Execução de Contratos
Como aplicar critérios de compra éticos?
A compra ética em propostas públicas ... UF, questão densa, mas super importante. Basicamente, não é fazer fudge e garantir que os contratos públicos ...
Critérios de Avaliação
Qual é o plano ecológico de compras públicas?
Ok, vamos tomar um manual de instrução mais humano e menos ". Aqui vai: O plano ecológico de compras públicas, ou PCPE para amigos, é basicamente a hi...
Conceitos Básicos
Como um concurso de acesso para PME?
Olha, se você tem uma PME e deseja entrar no mundo das propostas públicas, precisa se mover com a cabeça. Não é que seja impossível competir com peixe...
Licitações Internacionais
Que instalações existem para novos licitantes?
Propriedade pública ... bem, eles são o pão diário para o governo quando você deseja contratar obras, serviços ou comprar coisas. Mas se você é novo n...
Licitações Internacionais
Que vantagens a divisão nos lotes tem para as PME?
Divida as propostas públicas em lotes ... Olha, isso é um salva -vidas para as PME. Não é segredo que, quando o governo lança um contrato gigante, peq...
Conceitos Básicos
Que apoio os órgãos públicos oferecem ao lance de Pyme?
Ok, vamos colocar um pouco mais de sabor a isso: Vamos ver, órgãos públicos - sim, os da papelada infinita - geralmente dão uma mão às PME que desejam...
Conceitos Básicos
Uma startup pode participar de contratos públicos?
Obviamente, uma startup pode entrar no mundo dos contratos públicos. Ou seja, não há lei que diga "proibido para os novatos", mas você precisa saber c...
Execução de Contratos
Existem propostas direcionadas exclusivamente às PMEs?
É claro que existem propostas públicas apenas para PME e menos ruim! Porque, se não, competir contra os Giants seria quase como lutar contra Godzilla ...
Conceitos Básicos
Quais são os erros mais comuns das PMEs quando terminados?
PME, vamos lá, as PMEs pobres, sempre tendo problemas com propostas públicas. Parece uma oportunidade de ouro, mas no momento da verdade ... muitas ve...
Retificação
Que tipo de contrato é mais acessível a auto -empregados?
Sendo honestos, os contratos públicos são como essa barganha que todo sonho autônomo uma vez: pasta estável, grandes projetos e, ei, a sensação de jog...
Execução de Contratos
Você pode ter um concurso sem experiência anterior?
Obviamente, você pode se lançar para um concurso público sem ter experiência anterior nesse mundo. Quero dizer, eu não vou mentir para você: não é com...
Solvência
Como melhorar a competitividade de uma PME em concurso?
A verdade, se as PME não colocam as baterias com propostas públicas, basicamente muitas oportunidades estão sendo perdidas. Não é apenas uma questão d...
Conceitos Básicos
Como estudar a viabilidade de participar de um concurso?
Antes de lançar uma proposta pública, qualquer empresa respeitada deve fazer a pergunta de um milhão de dólares: "Posso realmente com isso?" Não é ape...
Conceitos Básicos
Que ferramentas eles permitem analisar a concorrência?
Se você entrar no mundo das propostas públicas e não espiões (ok, "você analisa") para sua concorrência, basicamente está tocando a roleta russa com s...
Estratégia de Sucesso
Qual é o dafo em compras públicas?
Ah, a famosa análise DAFO ... se você já esteve envolvido no mundo da administração (ou mesmo em uma conversa de negócios chata), certamente parece pa...
Conceitos Básicos
Como criar uma proposta de valor competitiva?
Construa uma proposta de valor vencedora para um concurso público ... soa a língua vinte, mas na realidade é mais como uma arte do que um procedimento...
Licitações Internacionais
O que deve incluir um plano de execução?
Olha, o plano de execução em um concurso público não é apenas um belo papel cheio de promessas. É basicamente a prova de que uma empresa sabe o que fa...
Execução de Contratos
Como orçar corretamente um concurso?
Faça um orçamento para um concurso público ... que tópico. Se você já entrou nessa berinjela, sabe que não é precisamente uma caminhada no parque. Não...
Licitações Internacionais
Como preparar uma memória técnica vencedora?
A memória técnica, esse documento que às vezes parece mais intimidador do que preencher a declaração de impostos, é basicamente a carta de envio de qu...
Conceitos Básicos
Que erros você deve evitar ao escrever uma oferta?
Veja, escreva uma oferta para uma proposta pública não é nada; É quase como jogar um jogo de xadrez onde cada movimento conta. Se você deseja que sua ...
Retificação
Quando deve apresentar melhorias?
Colocar melhorias em uma proposta pública, às vezes, é o truque para brilhar entre a pilha e assumir o contrato. Mas tenha cuidado, nem sempre é conve...
Conceitos Básicos
Como identificar propostas com alto retorno?
Se uma empresa deseja encontrar propostas públicas que realmente valem a pena, você precisa colocar as baterias e olhar além do simples "Oh, que ótimo...
Conceitos Básicos
Que peculiaridades contratam a saúde?
Bem, falar sobre contratação de saúde não é nada, hein. Este mundo tem seu próprio "sabor", bem diferente do restante dos contratos públicos. Primeiro...
Conceitos Básicos
Como estão os contratos no setor educacional?
Os contratos no mundo educacional, Go Theme. No final, eles são a espinha dorsal de escolas e universidades, não importa se são públicos ou privados. ...
Execução de Contratos
O que regula a contratação em serviços sociais?
Vamos ver, a questão da contratação nos serviços sociais ... Este não é um "voucher, venha, entre quem quiser e pronto". Existem muitas regras, leis e...
Conceitos Básicos
Como os contratos de obras públicas são gerenciadas?
UF, o gerenciamento de contratos de obras públicas ... há um pano para cortar. Não é apenas preencher papéis e pronto. Começa muito antes de colocar u...
Execução de Contratos
Quais contratos geralmente apresentam o setor de defesa?
Vamos ver, o setor de defesa é, sem turnos, um desses monstros -chave na economia de qualquer país. Não é apenas por causa da pasta que se move, mas p...
Execução de Contratos
Que diferenças existem na contratação de TIC?
Bem, olhe, a tecnologia contratada no setor público tem seu próprio rolo, não é como comprar papel higiênico ou mesas e já. O assunto com as TIC (tecn...
Conceitos Básicos
Como estão as propostas no turismo?
Propriedade pública no turismo ... bem, eles são um rolo, mas fazem sentido. Basicamente, o governo não pode estar dando contratos com o dedo, então m...
Conceitos Básicos
Quais contratos geralmente apresentam os municípios?
Bem, olhe, os municípios são como a cabeça do bloco quando se trata de contratar coisas. Eles precisam lidar com muitos serviços e obras, para que não...
Execução de Contratos
Quais organismos oferecem mais serviços culturais?
Propriedade pública de serviços culturais ... bem, é o pão de cada dia para as agências governamentais que desejam fazer coisas legais (ou às vezes nã...
Conceitos Básicos
Qual o papel das universidades na contratação pública?
As universidades, que entrem em tudo, hein? Quando se trata de contratação pública, eles não estão apenas comprando canetas e microscópios, mas também...
Conceitos Básicos
Como você fatura em um concurso público?
Bill em um concurso público ... Uau, não é algo que você aprende em um dia ou que pode improvisar na marcha. E, é claro, depende muito do país e de su...
Conceitos Básicos
Que retenção fiscal se aplicam em contratos públicos?
Bem, veja, a questão das retenções fiscais em contratos públicos não é levá -la de ânimo leve. Se você tem uma empresa e se joga em propostas públicas...
Execução de Contratos
Como declarar um contrato público no IVA?
Ok, aqui está a versão com um pouco mais de vida e menos rolo manual: Olha, se você tem uma empresa e é seu contrato público, prepare -se: você tocará...
Execução de Contratos
Que registros contábeis uma empresa vencedora deve levar?
Vamos ver, entrar no rolo de propostas públicas e contratar com o setor público não é nada. Se sua empresa pegou um contrato público, você já pode ser...
Conceitos Básicos
Como os avanços e pagamentos parciais são gerenciados?
Lidar com avanços e pagamentos parciais em propostas públicas ... uff, tópico -chave se você não quiser terminar com dores de cabeça financeiras ou, p...
Conceitos Básicos
O que fazer se houver padrões ou atrasos?
Apassando em contratos públicos ... UFF, uma verdadeira dor de cabeça para qualquer empresa que entre nessa berinjela. Não é apenas que as contas o in...
Conceitos Básicos
Quando você tem que transmitir uma fatura eletrônica?
A questão das faturas eletrônicas ... o que é uma dor de cabeça (ou salva -vidas, dependendo de quem você pedir) qualquer empresa que queira entrar em...
Apresentação de Ofertas
Como a concessão do IRPF autônomo influencia?
Ganhando um concurso público sendo autônomo, bem, você pode lhe dar uma alegria importante na conta bancária ... mas também colocá -lo totalmente na b...
Execução de Contratos
Que obrigações fiscais um ute tem?
Ok, vamos falar sobre os Utes, que parece super sério, mas, no fundo, ainda é um "se reúne que não chegamos". Basicamente, várias empresas se reúnem p...
Agrupamentos UTE
As despesas são vinculadas a um concurso de dedução?
Colocar em um concurso público não é exatamente barato, hein? Entre o que está reunindo a oferta, contratar consultores, passar de um lugar para outro...
Licitações Internacionais
Qual é o registro do licitante?
Ok, eu o solto sem tanto rolo formal: O registro de licitantes, basicamente, é como o clube VIP, onde as empresas que desejam conter o setor público s...
Conceitos Básicos
Quais dados são publicados na parte contratante?
Ok, vamos quebrar esse tom plano e de malas: O perfil do contratado, portanto, em um plano simples, é como o quadro de avisos digitais, onde as admini...
Conceitos Básicos
Que obrigações de publicidade existem?
Ok, aqui está um "manual do bom funcionário" e mais conversa real: Vamos ver, a questão da publicidade em propostas públicas não é um absurdo. É o ABC...
Conceitos Básicos
Qual é o escritório independente de regulamentação e supervisão da contratação?
O Oirescon - aquele nome muito longo que ninguém realmente diz porque, vamos lá, ou que você teve tempo para isso - é basicamente o árbitro de compras...
Conceitos Básicos
Como relatar um concurso fraudulento?
Você quer relatar um concurso fraudulento? UF, não é uma tarefa fácil, mas alguém tem que fazê -lo. Se você vê que há um gato trancado em um concurso ...
Conceitos Básicos
Que sanções se aplicam à falsificação de documentação?
Deixando entre os trabalhos em uma concurso público, ou seja, falsificando a documentação, é uma das mais arriscadas (e as peças bobas, a verdade) que...
Retificação
Quais obrigações de transparência têm as empresas vencedoras?
Quando uma empresa faz um contrato público, não é apenas uma questão de entrar e prontos. De repente, existem muitas regras de transparência que preci...
Conceitos Básicos
Quais controles são aplicados para evitar conflitos de interesse?
Vamos ver, a questão das propostas públicas ... é uma berinjela se não houver regras claras, certo? Ou seja, transparência e honestidade não são apena...
Conceitos Básicos
O que é conformidade em compras públicas?
A famosa "conformidade" em compras públicas, isto é, cumpre as regras quando você faz negócios com o estado, é basicamente uma combinação de bons cost...
Conceitos Básicos
Qual o papel da proteção de dados em contratos públicos?
Vamos ver, a questão da proteção de dados em contratos públicos ... não é apenas uma caixa mais que Mark, é um rolo obrigatório se você não quiser aca...
Execução de Contratos

Perguntas Frequentes

Todas as perguntas

O que é um concurso público?

Quem pode participar de um concurso público?

Qual é o objetivo da compra pública?

Quais são as vantagens de compras públicas?

Quais são as especificações?

Como o critério de prêmio é determinado?

Qual é o procedimento de leilão?

Que diferenças existem entre contratação pública e privada?

Qual é o papel da entidade contratante?

Quais são os limiares comunitários em compras públicas?

Qual é o contrato administrativo?

Qual é a duração típica de um contrato público?

Como os prazos são estabelecidos em um concurso?

O que é um contrato de estrutura?

Quais são os critérios de exclusão?

O que são critérios de solvência?

O que é uma oferta anormalmente baixa?

O que é um contrato de concessão?

O que é uma entidade premiada?

O que é uma oferta técnica?

Como as ofertas estão em um concurso?

O que é uma cláusula de revisão de preços?

O que é a tabela de contratação?

Qual é o contrato misto?

Como os conflitos em compras públicas são resolvidas?

Qual é o contrato menor?

Como a escolha do procedimento de contratação é justificada?

O que é um contrato de fornecimento?

O que é uma garantia de conformidade?

Qual é a publicação anterior de um contrato?

O que é uma modificação contratual?

O que é o diálogo competitivo em propostas?

Como o tratamento igual em propostas é garantido?

O que é compras públicas eletrônicas?

Como os desenhos são resolvidos no prêmio?

O que é uma oferta variante?

Qual é o recurso de contratação especial?

Como as propostas são publicadas?

Qual é a cláusula de confidencialidade?

Qual é o prazo para apresentar uma oferta?

Qual é o contrato de serviço?

Qual é o preço unitário?

O que é um contrato patrocinado?

O que é uma declaração responsável?

O que é um contrato -quadro?

Qual é o relatório de avaliação?

Como a solvência econômica é credenciada?

O que é um contrato de trabalho?

Qual é o princípio da proporcionalidade?

Qual é o contrato singular?

Como o valor estimado de um contrato é calculado?

Qual é o relatório das necessidades?

Qual é o direito da oferta mais vantajosa?

Como o período de execução é calculado?

O que é um concurso público?

Qual é o esclarecimento de esclarecimento?

Qual é o contrato administrativo especial?

O que é um contrato de fornecimento de energia?

Qual é o princípio da transparência?

Qual é o contrato de colaboração entre o setor público e o setor privado?

O que é responsabilidade de solidariedade?

Qual é o procedimento negociado?

O que é concurso em lote?

O que é um contrato de gerenciamento de serviços públicos?

O que está subcontratando em compras públicas?

Qual é a revisão ex officio dos atos administrativos?

Como a notificação de atos administrativos é realizada?

Qual é o apelo à substituição?

Qual é a oferta aprimorada?

O que é um contrato de arrendamento financeiro?

Qual é o registro oficial de licitantes e empresas classificadas?

O que é documentação de concurso?

O que é capacidade técnica e profissional?

O que é o contrato de concessão de obras públicas?

Qual é o apelo para todos?

Qual é a homologação de fornecedores?

Qual é a declaração de interesse geral?

Qual é o contrato de colaboração público-privada?