¿Quiénes pueden participar en una licitación pública?
Las licitaciones públicas, a ver, son como esas competencias donde el gobierno pone las reglas y las empresas se pelean (en buena onda, claro) para ver quién se queda con el contrato gordo. Básicamente, si tienes una empresa bien armada, siguiendo las leyes del país y cumpliendo todo el papeleo, ya tienes medio boleto.
Eso sí, no basta con existir en el registro mercantil y tener tu RFC en regla. Hay que tener dinerito (o al menos acceso a crédito), músculo técnico y experiencia. O sea, nadie quiere que el primo de un amigo que nunca ha construido ni una casita venga a levantar un hospital. Siempre piden que muestres tus finanzas, trabajos previos y algún papelito que diga “yo sí sé hacer esto”.
Ahora, de vez en cuando, los que organizan la licitación se ponen exquisitos: quieren empresas con años de experiencia, certificaciones de calidad, o que sean súper verdes y responsables. Todo eso viene en las bases, así que más te vale leerlas con lupa, porque si no cumples, ni te molestes en aplicar.
Ah, y ojo si eres extranjero. No en todos lados te dejan participar tan fácil. A veces piden socios locales o simplemente te dicen “gracias, pero no gracias”. Así que si eres de fuera, investiga bien antes de emocionarte.
En resumen: cualquiera que tenga una empresa legal, con plata, experiencia, y que cumpla los caprichos que pidan en las bases, puede lanzarse a competir. Pero, la neta, si no sabes bien de qué va la cosa o no tienes con qué responder, mejor ni te metas. Léete todo, pregunta mil veces y asegúrate de que puedes cumplir antes de tirarte al ruedo.
