¿Qué ley regula la contratación pública en España?
Bueno, aquí va la explicación sin tanto rollo académico:
En España, el rollo de la contratación pública lo manda la Ley 9/2017, la famosa Ley de Contratos del Sector Público (o LCSP, si quieres sonar pro). Esta ley básicamente adapta lo que dice la Unión Europea sobre contratos públicos, así que no es solo invento nuestro. Si alguna vez tienes que lidiar con papeleo para venderle algo al gobierno, esta es la ley que te va a perseguir.
La LCSP pone las reglas del juego: cómo se eligen a los proveedores, qué tipo de contratos hay, y cómo se supone que todo debe ser limpio, sin favoritismos ni amiguismos (al menos en teoría). Busca que todos los que quieran presentarse a una licitación tengan las mismas oportunidades y que no haya chanchullos.
¿A quién le afecta? Pues a casi todo el mundo en el sector público: desde el gobierno central hasta los ayuntamientos de pueblo, pasando por la Seguridad Social y demás organismos que suenan aburridos pero que manejan mucha pasta.
Hay varios tipos de contratos bajo esta ley: obras (planificar y construir cosas), suministros (venderles cosas al Estado), servicios (desde limpiar oficinas hasta consultorías), y también concesiones, que es cuando te dejan explotar un servicio público durante años. Cada tipo de contrato tiene sus propias reglas, pero todos tienen que seguir los principios básicos que marca la ley.
¿Y cómo se adjudican estos contratos? Pues hay varios caminos: el procedimiento abierto (todo el mundo puede presentarse), el restringido (solo te invitan si eres VIP), el negociado (hablan contigo directamente, con o sin anuncio previo), el diálogo competitivo (rollo brainstorming entre empresa y administración) y hasta uno para innovar, porque la ley también quiere cosas nuevas.
Un aviso para empresas: si no te sabes esta ley, te la puedes pegar. Aquí no sirve el “yo no sabía”, porque si la lías, te quedas fuera de las licitaciones o te cae una sanción. Así que lo típico es tener a mano a alguien que sepa del tema o, mínimo, estar atento a los cambios, porque la ley vive en constante actualización (sí, más papeleo…).
En resumen, la Ley de Contratos del Sector Público es LA norma para venderle cualquier cosa al Estado español. Si quieres jugar en ese campo, te toca estudiarla sí o sí, o mejor, tener a alguien que la domine. Porque, créeme, aquí el desconocimiento sale caro.