¿Cómo declarar un contrato público en el IVA?
Vale, aquí va la versión con un poco más de vida y menos rollo de manual:
Mira, si tienes una empresa y te toca un contrato público, prepárate: te va a tocar pelearte con el IVA sí o sí. No es opcional, vaya. El tema es sencillo pero a la vez tiene su truco: tienes que declarar ese contrato bien, porque como Hacienda te pille en un renuncio, te mete un puro fino.
Primero, ¿qué narices es un contrato público? Básicamente, un pacto entre una empresa privada (o sea, tú o la tuya) y algún organismo público, rollo ayuntamiento, ministerio, lo que sea. Ellos te pagan, tú les das un curro o les vendes algo. Y sí, ese dinero lleva IVA, porque nada se libra del IVA en este mundo.
¿Y cómo lo declaras? Pues presentando la dichosa declaración de IVA, que puede ser cada tres meses o todos los meses, depende del lío fiscal en el que estés metido. Todo esto se hace por la Agencia Tributaria, por supuesto, porque si no, ¿quién va a querer tu dinero más que ellos?
En la declaración, tienes que meter la pasta total que te han pagado por el contrato, IVA incluido. Todo a la base imponible, sin cortarte. A esa base le metes el tipo de IVA que toque (el general, reducido, lo que sea según lo que vendas o hagas) y ya tienes tu IVA devengado, que suena a palabro pero solo significa “el IVA que te toca pagar”.
No te flipes pensando que esto va por libre: todo lo que factures, sea por contratos públicos o por otras historias que tengas, va en la misma declaración. Da igual si está exento de IVA o no, tú lo metes todo ahí y que Hacienda decida.
Y ojo, que si tú pagas cosas para poder cumplir el contrato (materiales, subcontratas…), el IVA que pagues ahí te lo puedes desgravar. Eso sí, guarda las facturas como si fueran oro, porque si no las tienes, luego a ver cómo demuestras nada cuando te venga una inspección.
Eso sí, cada país tiene su propio lío legal. Hay sitios donde algunos contratos públicos están exentos de IVA o llevan un tipo más bajo, así que no te fíes y pregunta a un asesor que sepa de esto, porque si te crees más listo que la ley, igual acabas llorando.
Resumiendo: tienes que declarar el importe del contrato en la base del IVA, ponerle el tipo que toca, y restar el IVA que hayas pagado en gastos para ese contrato. Hazlo bien, porque si no, las multas no son ninguna broma.