¿Quién puede auditar un contrato público?
Uf, el mundo de los contratos públicos… ¡menudo berenjenal! Aquí la auditoría es como ese amigo metiche que todo lo quiere revisar, pero en este caso, es por una buena razón: asegurarse de que nadie haga trampa y que las reglas se cumplan. ¿Quién puede auditar? Pues depende del contrato, de las leyes, y, bueno, de quién tenga ganas de meterse al lío.
Arranquemos por lo básico: dentro del propio organismo público que firma el contrato, suele haber una especie de “policía interna” –la famosa auditoría interna. Estos tipos se dedican a revisar cómo se están manejando los contratos. Van, escarban papeles, hacen preguntas incómodas, y en general tratan de encontrar si todo va como debería. Lo hacen durante la adjudicación y no se cortan un pelo a la hora de revisar hasta el último documento.
Ahora, si la cosa se pone más seria, entra la Contraloría General o algún organismo estatal similar. Estos ya son palabras mayores. Tienen el poder de revisar todo desde arriba, ver si se han seguido las leyes, y si pillan algo raro, pueden hasta investigar fraudes. Vamos, que cuando llegan ellos, más vale tener todo en orden.
Pero espérate, porque también existen las auditorías privadas. Sí, a veces el ente público contrata a una empresa externa para que haga una revisión independiente. Estas firmas suelen ser bastante detallistas, casi obsesivas, y como no tienen nada personal en juego, pueden aportar una visión más objetiva (o al menos eso dicen).
Y ojo, que no todo queda en manos de los expertos: la ciudadanía puede participar también. Se llama auditoría social, y básicamente es cuando la gente común y las ONGs se meten a vigilar cómo se lleva a cabo el contrato. Si ven algo que huele mal, pueden levantar la voz y denunciarlo. Es como ponerle un ojo extra al asunto, por si acaso.
En resumen, aquí audita hasta el apuntador: los de dentro, los de fuera, los del gobierno, y hasta la gente de la calle. Cada quien aporta lo suyo para que los contratos no sean un coladero. Transparencia y rendición de cuentas, al menos en teoría… porque ya sabes cómo es esto: confiar, pero revisar.
