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¿Qué es la revisión de oficio de los actos administrativos?

Conceptos Básicos

La revisión de oficio, básicamente, es ese as bajo la manga que tienen las administraciones públicas para meterle mano a sus propias decisiones cuando se dan cuenta de que la han pifiado. Y lo mejor (o peor, depende de dónde te pongas) es que no hace falta que nadie se lo pida. Si la administración detecta una metida de pata, puede actuar por su cuenta y riesgo. Esto es especialmente jugoso en el mundillo de las licitaciones públicas, porque aquí cualquier error puede poner patas arriba contratos que ya parecían cerrados y atados.

A la revisión de oficio también le llaman revisión administrativa, que suena más serio, pero al final es lo mismo: la administración corrigiéndose a sí misma porque la ley lo manda. Si un acto administrativo no cuadra con la normativa, toca arreglarlo, aunque ya haya causado efectos y la gente ande con derechos adquiridos y expectativas y todo ese rollo.

Por ejemplo, en una licitación, si a alguien se le va la olla y no respeta los principios básicos —como transparencia, igualdad, esas cosas tan bonitas que luego a veces se saltan— pues la adjudicación del contrato puede acabar revisada de oficio. Vamos, que si pillan alguna irregularidad gorda, la cosa se puede venir abajo en cualquier momento.

Todo esto está en el artículo 102 de la Ley 39/2015. La ley dice que solo pueden meterle mano de oficio a los actos que sean nulos de pleno derecho o si hay algún error de cálculo o de hecho. Nada de andar deshaciendo cosas porque sí, eh.

Ojo, que no es lo mismo declarar nulo un acto (que es como borrarlo del mapa, como si nunca hubiera existido) que corregir un simple error (que solo afecta de ahora en adelante y no fastidia a los que actuaron de buena fe). No vaya a ser que confundas churras con merinas.

Para las empresas que quieren pillar un contrato público, esto es vital. Hay que estar al loro y cumplir la ley a rajatabla, no solo para ganar el contrato, sino para que luego no te lo tumben por una revisión de oficio. Y si te la quieren liar con una revisión, más te vale estar preparado para defender lo que es tuyo. Que aquí nadie regala nada.

En resumen: la revisión de oficio es el mecanismo para que la administración no se pase la ley por el forro y corrija sus propios desastres. Si vas a participar en licitaciones, más te vale conocer este tema y tenerlo controlado, o luego no digas que no te avisaron.

Marta Jiménez

Marta Jiménez

Experta en contratación pública • Transformación digital de licitaciones • Formadora y autora en Tendios

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