¿Qué organismos licitan más servicios culturales?
Las licitaciones públicas para servicios culturales… bueno, es el pan de cada día para los organismos gubernamentales que quieren hacer cosas chulas (o, a veces, no tan chulas) en el mundo de la cultura, pero no tienen ni tiempo ni ganas de hacerlo solos. Llaman a las empresas privadas y les dicen: “Eh, ¿quién se apunta?” Así que, ahí están todos, ministerios, consejos de artes, bibliotecas, museos y hasta los departamentos de educación, metidos en el ajo. Depende del país, pero el rollo es más o menos igual.
En España, por ejemplo, el Ministerio de Cultura y Deporte es el rey de la fiesta cuando hablamos de licitaciones culturales. Son los que sueltan la pasta para eventos, proyectos de arte, talleres, lo que se te ocurra. Si tienes una empresa y quieres trabajar ahí, pues tendrás que estar pendiente porque licitan de todo: desde organizar un festival de cine hasta montar una exposición de arte moderno. No te aburrirás.
Luego está el INAEM, que básicamente es el encargado de que no mueran de aburrimiento los fans del teatro y la música. Ellos también licitan lo suyo: espectáculos, musicales, festivales, y hasta campañas para promocionar a artistas. Si te va ese rollo, es tu sitio.
Y no pienses que todo queda en Madrid. Los ayuntamientos y las diputaciones provinciales también sacan sus concursos. Lo típico: gestión de bibliotecas, museos de pueblo, fiestas locales, y talleres de pintura para señoras jubiladas. Hay un poco de todo.
Ahora, si eres empresa y quieres pillar cacho, tienes que estar al loro. No puedes dormite en los laureles esperando a que te llamen. Lo mejor es apuntarte a algún servicio de alertas de licitaciones, así te enteras antes de que nadie y tienes tiempo para preparar la propuesta.
Eso sí, ojo cuidao: no vale con presentarte y ya está. Hay que leerse bien el pliego, entender qué demonios están pidiendo y asegurarse de que puedes cumplir con los requisitos. Nada de improvisar a lo loco, porque luego vienen los disgustos.
Y, por último, ganar una licitación no es solo cuestión de poner la oferta más barata. Si no tienes experiencia demostrable o un portafolio decente, te van a mirar raro. Así que, paciencia, curra bien tus proyectos, haz buenos contactos y, oye, igual el próximo contrato es tuyo. ¡Suerte!