¿Qué contratos pueden ser exclusivos para centros especiales de empleo?
Vale, vamos a darle un lavado de cara a ese texto, quitándole el rollo de manual y metiéndole un poco más de chispa:
Los contratos exclusivos para centros especiales de empleo, o CEE para los amigos, son básicamente una vía que se ha sacado la administración de la manga para que las personas con discapacidad tengan más fácil encontrar curro. Los CEE, en realidad, no son otra cosa que empresas (o asociaciones, a veces) que existen justo para eso: dar trabajo decente, con su sueldo y todo, a gente con discapacidad, y echarles un cable con el ajuste personal y social que necesiten.
En lo de la contratación pública, estos contratos reservados no están puestos ahí porque sí. Hay toda una ley detrás, la famosa Ley 9/2017 de Contratos del Sector Público —una joyita, si eres fan del BOE—, que simplemente adapta unas directivas europeas, para que luego digan que España va por libre. En concreto, el artículo 22 dice, más o menos, que los que se encargan de adjudicar contratos pueden decidir que solo los CEE (y las empresas de inserción, ojo) puedan presentarse a ciertos concursos públicos. O sea, hay contratos que, sí o sí, están pensados solo para ellos. La idea es que una parte del dinero público acabe en manos de entidades que curran con personas con discapacidad, y así no se queden siempre a las puertas.
¿Y de qué tipo de contratos hablamos? Pues de casi todo lo que te puedas imaginar: limpieza, jardinería, mantenimiento, conserjería, cafetería… Lo típico y lo no tan típico. Hasta hay contratos de suministros: material de oficina, uniformes, muebles… Y sí, a veces hasta obras. Aquí hay para todos los gustos, vaya.
Eso sí, no todo el monte es orégano. Para que un contrato pueda estar reservado a un CEE, tienen que cumplirse un par de cositas: lo principal, que al menos el 70% de la plantilla sean personas con discapacidad. Y el centro tiene que estar reconocido oficialmente, porque si no, ni flores.
Total, que estos contratos reservados son una palanca brutal para que las personas con discapacidad tengan curro de verdad, y no solo buenas intenciones. Si tienes una empresa que encaja en el perfil, ni lo dudes: lánzate a por estos contratos públicos, que aparte de dar trabajo, estarás echando un cable a la inclusión social y laboral. Y oye, que además suele haber menos competencia… Ahí lo dejo.