¿Qué es una UTE y cómo se constituye?
La famosa UTE, o Unión Temporal de Empresas, básicamente es el truco legal para que varias compañías se junten—pero solo por un rato—con el objetivo de currarse juntos un proyecto tocho. Piensa en grandes obras públicas, rollo construir un aeropuerto o montar una autopista. No se casan para siempre, solo lo justo para pillar el contrato, compartir curro, recursos y, claro, la pasta o las pérdidas según toque. Y ojo, no crean una empresa nueva de verdad, más bien es como un “vamos juntos por conveniencia”.
En España, todo esto lo controla la Ley 18/1982. Sí, la ley tiene más años que muchos memes. Esta ley dice que las UTEs tienen que tener un objetivo claro y una vida con fecha de caducidad, nada de alianzas eternas.
Para montar una UTE, las empresas tienen que firmar un contrato—lo típico, papeles y más papeles—donde dejan claro quién pone qué, cómo se reparten los beneficios (y los marrones), cuánto dura el tinglado y cualquier otra cosa que pueda ser motivo de bronca después. Todo bien atado, que luego vienen los problemas.
Pero no basta con el contrato. Hay que inscribir la UTE en un registro especial, dentro del Registro Mercantil. Si no lo haces, te quedas sin los sabrosos beneficios fiscales que el Estado te promete. Y claro, nadie se quiere perder una rebaja en impuestos.
Un detalle importante: la UTE no es una persona jurídica como tal. No puede ir por ahí comprando cosas o firmando contratos como si fuera una empresa independiente. Son las empresas “madre” las que se mojan y responden por lo que pase. Ahora, eso no quita que la UTE pueda moverse en el mundillo económico: puede pillar contratos, tener bienes, presentarse a concursos… lo típico.
Para muchas empresas, sobre todo si quieren entrar en licitaciones tochas, la UTE es el camino ideal. Sumas fuerzas, te quitas miedos y, si sale mal, al menos no te comes el marrón tú solo. Eso sí, hay que hacer bien el papeleo y cumplir la ley, porque si no, luego llegan los disgustos. Por eso, lo suyo es pillar a un abogado que sepa del tema y te ayude a montar la UTE sin que te cuelen un gol. Si no, luego vienen los lloros.