¿Qué es la licitación por lotes?
Vale, voy a hablarte de la licitación por lotes sin tanta vuelta formal ni ese tono de manual aburrido. Mira, el rollo es así: cuando el gobierno o alguna entidad pública quiere comprar cosas o servicios, a veces no lo hace todo en un paquete gigante, sino que lo divide en partes más pequeñas, que llaman “lotes”. Entonces, las empresas pueden presentar ofertas solo por los lotes que les interesan o que realmente pueden manejar. O sea, no tienes que ser una megaempresa para participar, lo cual está buenísimo para las PYMES y los que recién arrancan.
¿Por qué hacen esto? Fácil: para que haya más competencia y no siempre ganen los mismos de siempre. Separando el contrato en pedazos, más empresas pueden meterse en el juego, y eso al final puede significar mejores precios y más opciones para el que compra. Te imaginas, si una sola empresa hace todo, te la jugás a que te falle y te quedás sin nada, pero si repartís, el riesgo se diluye.
Y por cierto, esto no es algo que se inventaron ayer. Hay una directiva europea (la 2014/24/UE, por si a alguien le gusta lo legal) que básicamente le dice a los entes públicos: “Oigan, dividan en lotes cuando puedan, y si no lo hacen, expliquen por qué”. Esto es para que las PYMES no se queden afuera y tengan chance de agarrar parte del pastel.
Otra cosa: para los que quieren ofertar, hay que estar pilas con los documentos de la licitación. Ahí te van a decir si podés presentar ofertas por un sólo lote, por varios, o si te piden que hagas una oferta combinada. Y ojo, a veces pueden darte sólo uno de los lotes que pediste, o varios, depende de cómo se pongan los adjudicadores ese día.
En resumen, la licitación por lotes es como repartir la torta para que más coman, no solo los de siempre. Sirve tanto a los que compran como a los que venden, sobre todo a las empresas más chicas. Y sí, hay que leer las reglas y prepararse bien, porque aunque suene sencillo, perderse en los papeles es más fácil de lo que parece.