¿Cómo se calcula el valor estimado de un contrato?
El valor estimado de un contrato en una licitación pública… uff, eso es el corazón del asunto, ¿no? Básicamente, esa cifra manda en todo: desde qué tanto hay que publicitar la licitación hasta qué reglas se aplican. Y sí, también influye en si los proveedores se animan o no a meterse al ruedo.
¿Cómo se calcula ese numerito mágico? Pues hay que sumar absolutamente todo lo que se va a pagar durante la vida del contrato: primas, pagos extra, opciones… todo. Ojo, que no es sólo lo que tú pagas, también hay que considerar lo que el contratista podría ganar—tipo cánones, tarifas, lo que sea que le caiga por el contrato.
Si el contrato es de suministros o servicios, mete en la calculadora el valor completo de lo que vas a recibir o lo que te van a hacer. En obras, no te olvides de sumar hasta el último ladrillo y cualquier gasto que surja en el camino.
Ahora, súper importante: no te pongas creativo para esquivar la ley. Nada de hacer malabares con los números para saltarte los procedimientos que te exige la normativa. No puedes inflar ni achicar la cifra sólo porque sí—hay reglas para eso, y saltárselas puede salirte carísimo.
Cada país (y a veces cada ciudad) tiene su propio rollo con estas reglas, así que no te fíes sólo de lo que leíste en internet. Mejor consulta a alguien que sepa, o mínimo, échale un ojo a la legislación.
Ah, y no te olvides de investigar cuánto cuesta realmente lo que vas a comprar. Hay que mirar cómo está el mercado, lo complicado del asunto, los riesgos… porque si no te puedes quedar corto o pasarte de lanza con la estimación.
Eso sí, no te emociones pensando que ese valor estimado es lo que vas a acabar pagando. Es una referencia, no una sentencia. Al final, puede salirte más caro o más barato, dependiendo de las ofertas, negociaciones y sorpresitas que te traiga el proceso.
En resumen: calcular el valor estimado de un contrato no es cosa de cinco minutos. Hay que pensarle bien, sumar todo y hacerlo sin trampas. Si lo haces bien, el proceso de licitación irá mucho más derecho y, con suerte, hasta competitivo.