¿La falta de índice o paginación puede ser causa de exclusión?
A ver, en el mundo de las licitaciones públicas y todo ese rollo de contratos con el gobierno, hay algo que nunca falla: los detalles importan, y mucho más de lo que uno quiere admitir. Mira, siempre surge la duda existencial de si te pueden echar para atrás solo porque tu propuesta no tiene índice o porque te olvidaste de numerar las páginas. Suena ridículo, pero pasa.
Legalmente, la verdad es que no hay ninguna ley escrita que diga: “Oye, si no le pones índice o paginación, te vas directo a la calle.” No, eso no está. Pero tampoco te confíes. La historia real es que, aunque no sea obligatorio, dejar esos detalles fuera es jugar a la ruleta rusa. Los procesos de licitación son una jungla; cualquier cosita puede servirle al de la mesa de revisión para ponerle un tache a tu propuesta y pasar a la siguiente.
¿Te pueden excluir solo por eso? Pues depende. Cada organismo tiene su propio genio y, a veces, las bases de la licitación son más estrictas que tu profe de matemáticas en la secundaria. Algunos ni se inmutan, otros ni te leen si no ven todo bonito y ordenadito. No hay una regla universal, y eso es justo lo que lo hace tan peligroso.
Piensa que si no pones índice, el pobre que revise tu papeleo va a tener que buscar a ciegas, y eso no le hace gracia a nadie. Sin paginación, peor. Imagínate que te piden aclarar algo y ni sabes en qué página está. Terminas sudando frío por un detalle que era facilísimo de solucionar desde el principio.
Y, aunque nadie te lo diga de frente, si tu propuesta parece hecha a la carrera o con flojera, igual y se lleva una mala impresión. La presentación cuenta, y en muchos concursos, si hay empate técnico, detalles como esos pueden inclinar la balanza.
Resumiendo sin tanto rollo: no es que sea ley, pero sí es una regla no escrita. Si quieres sobrevivir en el mundo salvaje de las licitaciones públicas, ponle índice, numera las páginas y que todo se vea profesional. No solo es por ti, es por el que te lee, y créeme, te lo va a agradecer. Así que no te la juegues. Hazlo bien desde el principio y quítate dolores de cabeza innecesarios. ¿Fácil, no?