Habla con un experto en contratación pública

¿Qué información debe contener un contrato tipo?

Ejecución Contratos

Bueno, mira, un contrato tipo básicamente es ese papelazo legal donde se deja clarito cómo va el rollo: quién da qué, a quién, en qué condiciones, y bajo qué reglas. Súper común en todo el lío de licitaciones públicas y las historias del sector público. Vamos, que si no tienes bien atado este documento, luego vienen los dramas y nadie quiere eso.

La cosa arranca presentando a los protagonistas del asunto—quién compra, quién vende, y de qué va todo el tinglado. Ahí metes un mini resumen contando qué se va a hacer, qué se va a entregar, y algún que otro detalle que no quieres que se te escape. Nada de dejarlo a la interpretación, porque ya sabemos cómo acaba eso.

Después, te toca poner en blanco y negro qué le toca hacer al proveedor. O sea, calidad de lo que entrega, fechas de entrega (¡aquí nadie se retrasa, eh!) y todas esas cosillas que si se olvidan, luego vienen los lloros. Cuanto más claro, mejor.

Por el otro lado, el cliente también tiene su parte. No todo va a ser exigir y exigir. Aquí se habla de cuándo y cómo se paga, qué tipo de ayuda tiene que dar para que la cosa salga adelante, y cualquier otra obligación que toque. Nada de hacerse el loco.

Pero espera, que no todo es color de rosa. Hay que meter una cláusula de terminación, por si el contrato se va al garete. ¿Que alguien no cumple? ¿Que hay bancarrota o pasa algo chungo? Pues ahí se explica cómo cortar por lo sano sin dramas innecesarios.

¿Y si hay bronca? Pues también va su cláusula para eso: cómo se resuelve el marrón, si tiras de mediación, arbitraje o te vas a juicio. Mejor tenerlo claro antes de que salten las chispas.

No te olvides de la confidencialidad, que aquí la gente es muy lista y la información sensible vuela si no la proteges. Y, por supuesto, la famosa fuerza mayor—si cae un meteorito o pasa algo de esos que ni en las pelis, pues nadie se va a poner tiquismiquis con las obligaciones.

Al final, firmas de todos y a correr. Si no firmaron todos, no hay trato, así de simple.

Eso sí, ojo, esto es un esquema general. Cada contrato puede ser un mundo según quién lo necesite y las leyes del sitio. Si no quieres meterte en líos, lo suyo es consultar con un abogado antes de darle al boli. Y, por cierto, si quieres que Google te mire bien, mete palabritas como “contrato tipo”, “licitaciones públicas”, y “contratación del sector público” aquí y allá. Eso ayuda más de lo que parece.

Marta Jiménez

Marta Jiménez

Experta en contratación pública • Transformación digital de licitaciones • Formadora y autora en Tendios

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